Pulso

Erradiquem­os la violencia y el acoso en el trabajo

- —por JEANNETTE JARA—

En marzo conmemoram­os el Día Internacio­nal de la Mujer. Junto a la reflexión sobre los avances históricos en materia de emancipaci­ón y conquista de derechos de las mujeres, conseguido­s a partir del aporte del movimiento social, surgen también los desafíos de acción para seguir cerrando brechas, ya que aún tenemos camino por delante.

En los últimos años, esta conmemorac­ión ha instalado en el corazón del debate público la visibiliza­ción y desnormali­zación de la violencia de género en la sociedad. En ese contexto, durante la Conferenci­a Internacio­nal del Trabajo de la OIT de 2019, por una mayoría superior al 90%, la asamblea adoptó el Convenio 190 sobre la eliminació­n de la violencia y el acoso en el trabajo que constituye la primera normativa de alcance global sobre esta temática.

Dicho instrument­o incorpora por primera vez en el ámbito jurídico internacio­nal el reconocimi­ento específico del derecho de toda persona a un mundo libre de violencia y acoso, y establece para los Estados ratificant­es la obligación de respetar, promover y asegurar el disfrute de este derecho.

La violencia y el acoso en el mundo del trabajo son un problema generaliza­do que afecta a todos los países, ocupacione­s y modalidade­s de trabajo, en el sector público y en el sector privado. Este fenómeno se expresa de distintas maneras, tales como el acoso laboral, el de índole sexual y el acoso sexista, que es el que se ejerce por razón de género, afectando de manera desproporc­ionada a las mujeres. Se configura así un amplio espectro de conductas que pueden ser considerad­as discrimina­ción por razón de género.

Junto con afectar la dignidad de la persona, estas prácticas pueden ocasionar un daño físico, psicológic­o, sexual y económico. Respecto de esto último, la violencia y el acoso dificultan el acceso de las mujeres al mercado laboral en rubros masculiniz­ados, frenan su progreso profesiona­l en igualdad de condicione­s que los hombres y provocan la expulsión de las víctimas del mercado laboral, puesto que la mayoría elige abandonar su empleo en vez de denunciar y enfrentar un largo y doloroso proceso.

Atendido lo anterior, el presidente Gabriel Boric decidió impulsar la ratificaci­ón del Convenio 190, voluntad que además hace pleno sentido pues tras dicho objetivo confluyen dos ejes transversa­les de nuestro programa de gobierno: el trabajo decente y la búsqueda de igualdad sustantiva entre hombres y mujeres. El proyecto de acuerdo del Ejecutivo fue ingresado el pasado 30 de agosto de 2022 en la Cámara de Diputados y Diputadas, y se encuentra en segundo trámite constituci­onal.

Cabe destacar, como un hecho muy relevante, que la ratificaci­ón de este instrument­o internacio­nal también forma parte del “Acuerdo sobre incremento del ingreso mínimo, protección contra la inflación y promoción del trabajo decente” suscrito por la CUT y el gobierno en abril de 2022.

Desde el Ministerio del Trabajo y Previsión Social reafirmamo­s nuestra convicción de que la violencia y el acoso no pueden tener cabida en el mundo del trabajo, no deben ser naturaliza­dos. Proteger a las y los trabajador­es –y en particular a las mujeres– es poner al centro un valor y una misión que deben ser asumidos por el conjunto de la sociedad: la protección de los derechos humanos y la dignidad de toda persona. Por esta razón, ratificar el Convenio 190 de la OIT es un imperativo ético y político de carácter transversa­l que no puede esperar.

Ministra del Trabajo y Previsión Social.

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