La señal con la ratificación del acuerdo del TPP-11
Más allá del efecto comercial de la ratificación en el Senado del acuerdo de integración económica con la región del Asia Pacífico (TPP-11), la potente señal enviada por el gobierno en su primer año fue ratificar la ruta de apertura comercial trazada en los últimos 30 años. De esta forma, el gobierno zanjó una disputa entre las dos almas del oficialismo en materia de política externa: una más liberal en lo económico y firme partidaria de la integración comercial de Chile al mundo, y otra que cuestiona los efectos de la globalización en las economías menos desarrolladas y su soberanía.
Luego de soterradas pujas internas, y la dilación en la aprobación del acuerdo por la exigencia de los sectores más duros de incorporar side letters (cartas laterales) al pacto, la visión del ministro de Hacienda, Mario Marcel, prevaleció, en medio de los duros efectos para el oficialismo de la derrota en el plebiscito del 4 de septiembre. “Me parece positivo que haya entrado en vigencia el TPP-11, pero la dilación (por las side letters) que generó el gobierno fue improcedente e irracional. Las fuerzas más de izquierda del gobierno evitaron que esto entrara en vigencia mucho antes. La buena noticia es que los extremismos fueron derrotados por el sentido común y se terminó aprobando el acuerdo”, sostiene Alejandro Weber, de la USS.
El analista político Marco Moreno matiza: “La aprobación del TPP-11 muestra el liderazgo de Marcel. Es una buena señal para la conducción económica y para transmitir confianza a los inversionistas. Fue una buena demostración de fuerza la aprobación del TPP-11 por parte del Socialismo Democrático, el que se impuso a las visiones más radicales de Apruebo Dignidad”, plantea Moreno.