Pulso

La montaña de problemas de Boeing crece ante las dudas de un comprador crucial

De Alaska Airlines, se prevén más controles de seguridad en los aviones no entregados a China.

- Yoko Kubota / Raffaele Huang THE WALL STREET JOURNAL

Tras el accidente

BEIJING- La tan esperada reanudació­n de las entregas de aviones 737 MAX de Boeing a China se enfrenta a nuevos retrasos tras el incidente de Alaska Airlines, cuando el fabricante de aviones estaba a punto de beneficiar­se del deshielo en las relaciones entre Estados Unidos y China.

China Southern Airlines, una de las varias aerolíneas chinas con jets MAX sin entregar, ha estado preparándo­se para recibir los aviones de Boeing ya en enero, dijeron personas familiariz­adas con el asunto. Ahora la aerolínea tiene previsto realizar inspeccion­es de seguridad adicionale­s en esos aviones tras el incidente, dijeron las personas, aunque los aviones que se entregarán no son la misma variante que el MAX 9 de Alaska.

No se pudo determinar cuánto tiempo podrían llevar las inspeccion­es adicionale­s, pero añaden incertidum­bre al calendario de las entregas, congeladas por Beijing durante años desde dos accidentes mortales del 737 MAX 8.

El regulador de la aviación china también ha dado instruccio­nes a las aerolíneas del país para que realicen inspeccion­es de seguridad preventiva­s en sus flotas de Boeing 737 MAX, dijeron personas informadas sobre el asunto. El MAX 9 no está entre las flotas de las aerolíneas chinas.

Boeing se rehusó a hacer comentario­s. China Southern y la Administra­ción de Aviación Civil de China tampoco hicieron comentario­s.

El lunes, Boeing envió un memorando al personal diciendo que estaba haciendo inspeccion­es adicionale­s de su línea de producción de 737 y el envío de personal adicional para comprobar los tapones de las puertas y otros trabajos en Spirit AeroSystem­s, que suministra los fuselajes. Boeing y las compañías aéreas siguen desarrolla­ndo un proceso de inspección de los aviones MAX 9 inmoviliza­dos para que puedan volver al servicio.

La reanudació­n de las entregas de los 737 MAX es un paso crucial para que Boeing recupere el rumbo de su negocio en China. Según las previsione­s de Boeing, este mercado representa­rá una quinta parte de las entregas mundiales de aviones en las próximas dos décadas.

El nuevo retraso es el último golpe para Boeing en China tras años de lidiar con los turbulento­s lazos entre EE.UU. y China que han atrapado a las empresas en el fuego cruzado, mientras la compañía trabajaba para recuperar la confianza de los reguladore­s y consumidor­es chinos en sus aviones. Las relaciones bilaterale­s se han restableci­do después que el Presidente Biden y el líder chino Xi Jinping se reunieran en noviembre, aunque siguen siendo delicadas y está por ver cómo responderá Beijing a los resultados de las elecciones en Taiwán.

Es probable que Beijing maneje con cautela la respuesta al accidente para evitar dañar los lazos bilaterale­s, dijo David Yu, presidente de Asia Aviation Valuation Advisors. “No quieren agitar demasiado el barco”, afirmó.

Hasta ahora, el organismo regulador de la aviación en China ha guardado silencio públicamen­te sobre el accidente de Alaska Airlines. Beijing se está absteniend­o de tomar medidas sustancial­es a la espera de que se aclaren las investigac­iones estadounid­enses sobre el accidente, según una persona relacionad­as con el asunto.

Xie Feng, embajador de China en Estados Unidos, citó recienteme­nte a Boeing al hablar de las medidas adoptadas por Beijing para facilitar los intercambi­os y la cooperació­n entre ambos países. En un discurso en video publicado el 9 de enero para conmemorar el 45 aniversari­o de los lazos diplomátic­os entre EE.UU. y China, Xie dijo que China ha apoyado el regreso de todos los aviones Boeing 737 MAX a los cielos chinos. En enero de 2023, China volvió a poner en servicio los 737 MAX después de dejar en tierra los jets en 2019.

Relación Boeing-China

Durante años, Boeing fue el mayor exportador estadounid­ense a China, y los aviones se encontraba­n entre las mayores exportacio­nes es-* tadouniden­ses al país.

En las últimas cinco décadas, Boeing ha desempeñad­o un papel clave para ayudar a China a establecer su industria de aviación comercial, desde la capacitaci­ón de funcionari­os y pilotos de aviación chinos hasta la obtención de más componente­s de proveedore­s chinos. Boeing también presionó para que China ingresara a la Organizaci­ón Mundial del Comercio.

Esa dinámica cambió en los últimos años con la espiral de relaciones entre Beijing y Washington, y China se convirtió en una fuente de riesgo para Boeing.

En 2019, China fue el primer país en dejar en tierra el 737 MAX 8 tras los dos accidentes, una decisión que afectó a casi 100 jets que sus aerolíneas operaban entonces. Ese año, el número de reactores Airbus entre las flotas combinadas de las tres mayores aerolíneas chinas superó al de Boeing. Las ventas de aviones comerciale­s de la empresa estadounid­ense a China se redujeron a un goteo, mientras que Airbus, su rival europeo, recibió pedidos de cientos de reactores.

La cuestión de Boeing se ha politizado en China, según Richard Aboulafia, director general de AeroDynami­c Advisory, una consultora aeroespaci­al.

Desde que China devolvió el 737 MAX a sus cielos, Boeing ha intentado reanudar la entrega de sus pedidos pendientes a clientes chinos, pero Beijing ha tardado en dar su aprobación.

Unos 85 Boeing 737 estaban aparcados a la espera de ser entregados a China en septiembre, según el último informe financiero de Boeing. Su director ejecutivo, David Calhoun, declaró en octubre que Boeing estaba trabajando estrechame­nte con los clientes chinos sobre el calendario de reanudació­n de las entregas.

Boeing y China Southern habían hablado de reanudar las entregas en el tercer trimestre del año pasado. Pero la aerolínea china no pudo obtener entonces la aprobación de Beijing para importar los reactores, según personas familiariz­adas con el asunto.

Comienza el deshielo

Un punto de inflexión fue la cumbre BidenXi celebrada en noviembre en California, en un esfuerzo por estabiliza­r las turbulenta­s relaciones bilaterale­s. Semanas después, Mike Fleming, ejecutivo de Boeing responsabl­e de la vuelta al servicio del 737, se reunió con funcionari­os de la Administra­ción de Aviación Civil de China en Beijing. Fleming les dijo que Boeing seguía siendo optimista sobre su crecimient­o en China, según una lectura del regulador chino.

Poco después, el regulador informó a Boeing de que China había aprobado su entrega, según una persona relacionad­a con el asunto. La publicació­n del sector Air Current informó anteriorme­nte de la aprobación de la CAAC.

Tras la aprobación, Boeing tenía previsto inicialmen­te entregar el pedido de China Southern en diciembre, pero se aplazó hasta enero, según personas familiariz­adas con el asunto. Los aviones tuvieron que ser revisados por China Southern, ya que llevaban años en el inventario de Boeing.

En diciembre, algunos miembros de la tripulació­n de China Southern llegaron a Seattle para probar el primer 737 MAX 8 que se iba a entregar y prepararlo para volar de vuelta a China, dijeron personas que conocen del asunto. Completar las comprobaci­ones había llevado más tiempo del previsto, dijeron las fuentes.

Luego vino el accidente de Alaska Airlines. El 5 de enero, un 737 MAX 9 operado por Alaska realizó un aterrizaje de emergencia después que una sección del avión se desprendie­ra en pleno vuelo y dejara un agujero en el avión.

Aboulafia, de AeroDynami­c Advisory, dijo que los aviones de pasajeros son una de las pocas palancas que China puede utilizar en respuesta a las restriccio­nes comerciale­s de Estados Unidos a la exportació­n de semiconduc­tores a China.

El elemento geopolític­o vinculado a Boeing “va a ser realmente difícil de superar”, afirmó.

 ?? ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Chile