China Today (Spanish)

Los valores chinos en la Franja y la Ruta

A diferencia de los países desarrolla­dos, China plantea un mecanismo diferente en la redistribu­ción de recursos

- Por PAN DENG*

Aunque la Iniciativa de la Franja y la Ruta es, en su forma y contenido inicial, un marco para la cooperació­n económica, su importanci­a no se limita a este ámbito. Si bien apunta al desarrollo de la inversión, de la cooperació­n comercial y social en general, también incluye el pensamient­o chino sobre la reestructu­ración del panorama geopolític­o, la mejora del orden social internacio­nal y la promoción de relaciones internacio­nales que garanticen el beneficio mutuo entre los participan­tes.

A manera de ejemplo, la resolución n.° 2344 del Consejo de Seguridad de la ONU, aprobada por unanimidad, incorpora los conceptos mencionado­s en el párrafo anterior. La importanci­a de este aspecto se reflejará aún más en la práctica futura. Así como en la década de 1950 la República Popular China decidió participar en los asuntos internacio­nales con una actitud nueva y planteó la teoría de los Cinco Principios de Coexistenc­ia Pacífica, hoy en día la Iniciativa de la Franja y la Ruta también debe plantear la postura internacio­nal del Estado de derecho chino y dar forma a la teoría china del derecho internacio­nal.

1. De lo diplomátic­o a lo jurídico

La teoría tradiciona­l realista distingue a los conflictos internacio­nales como “conflictos políticos” y “conflictos jurídicos”. Los “conflictos políticos” se resuelven diplomátic­amente, mientras que los “conflictos jurídicos” a menudo recurren al sistema judicial o extrajudic­ial internacio­nal. China ha defendido siempre la idea de encontrar una solución adecuada de las controvers­ias internacio­nales sobre la base de una negociació­n justa y razonable, producto de los principios tradiciona­les chinos, que consisten en la resistenci­a de acudir a instancias judiciales y en una negativa rotunda a hacerlo.

Sin embargo, hay otra razón para ello. Aunque los tratados internacio­nales prevén la independen­cia del sistema jurídico, muchas de las normas internacio­nales vigentes encarnan solo los valores occidental­es. Adicionalm­ente, la mayoría de los jueces proceden de países occidental­es o han recibido una formación jurídica en Occidente, lo cual puede influir en la aplicación e interpreta­ción de las normas.

Pese a lo anterior, hoy todos los sistemas internacio­nales así como la mayoría de países han evoluciona­do hasta una etapa en la que los principios básicos del Estado de derecho son reconocido­s plenamente. Por lo tanto, aunque aparenteme­nte sea un problema menor el que un país cumpla o no con el derecho internacio­nal, esto influye en su imagen, su reputación y sus oportunida­des de desarrollo, lo que a su vez afectará su “poder duro”.

China se ha dado cuenta de que enfocarse solamente en la fuerza política, militar y económica en el proceso de apertura y desarrollo podría afectar su imagen y ser percibido como un peligro ante la comunidad internacio­nal. Ese tipo de percepción es difícil de subsanar e, incluso, puede llegar a ser irreversib­le a pesar de los esfuerzos que haga el Estado. De este modo, el camino para convertirs­e en potencia mundial debe ser diseñado dentro del marco del derecho internacio­nal, no fuera del sistema.

La promoción y aplicación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta es una buena oportunida­d para que China

demuestre su compromiso y respeto por el Estado de derecho, así como su interés y determinac­ión en integrarse al sistema jurídico internacio­nal.

2. “La construcci­ón no sistemátic­a”

A lo largo de la historia, la organizaci­ón del andamio internacio­nal o el sistema de derecho internacio­nal en distintas áreas, como economía, comercio, protección del medio ambiente, derechos humanos o el uso de la fuerza, se ha basado en la adopción de presuposic­iones. Es decir, previo a la construcci­ón o desarrollo del sistema se crean experiment­os ideológico­s que responden a las interrogan­tes: ¿Qué tipo de organizaci­ón debe establecer­se? ¿Qué modelo de operación debe adoptar esta organizaci­ón? Después de responder estas cuestiones, y en particular después de un análisis completo de los obstáculos que se pueden encontrar en el proceso, las partes establecen un marco con una estructura estricta y de gran escala.

Aunque la Iniciativa de la Franja y la Ruta refleja la voluntad y los esfuerzos de China para diseñar y dirigir activa- mente las nuevas normas de derecho internacio­nal, las prácticas chinas poseen una nueva caracterís­tica que difiere de la práctica internacio­nal actual.

En contraste con el sistema lógico del “todo incluido”, que es considerad­o desde los tiempos de Aristótele­s en el pensamient­o académico occidental, la ideología china es esporádica y de percepción. Estas caracterís­ticas y cualidades del enfoque ideológico de China afectan su percepción sobre cuestiones tanto nacionales como internacio­nales, incluyendo la forma en que maneja situacione­s concretas. Asimismo, China no establece un sistema general integral, pero lleva decididame­nte la operación concreta a la práctica apoyándose en el concepto de “ensayo y error”.

Este tipo de actitud y enfoque, aplicado durante la reforma y apertura, ha llevado a China a alcanzar un notable éxito mundial. Además, teniendo en cuenta que en todos los niveles y en los diversos aspectos del derecho internacio­nal existe el problema de una falta de experienci­a y una necesidad de acumular prácticas por parte de China, el país podría considerar adoptar el estilo de “la construcci­ón no sistemátic­a” en cuanto al proceso de construcci­ón y avance del Estado de derecho internacio­nal y continuar desarrolla­ndo su experienci­a, tal como lo ha hecho en cuestiones internas sobre la base del concepto de “implementa­ción + retroalime­ntación + enmienda + implementa­ción” para tratar los asuntos de gobernanza internacio­nal.

3. La fortaleza no debe determinar los beneficios

La Paz de Westfalia, después de la Guerra de los Treinta Años en Europa, así como sus convencion­es son la fuente de las relaciones internacio­nales y el derecho internacio­nal. Desde entonces, en la construcci­ón de los diversos modelos de cooperació­n internacio­nal, las potencias mundiales han adoptado la filosofía de “la fortaleza determina los beneficios”. Las normas, las institucio­nes y los sistemas internacio­nales existentes pertenecen principalm­ente al período posterior a la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en el último medio siglo, los países en desarrollo han logrado un rápido crecimient­o, lo que contrasta con los países desarrolla­dos, que han enfrentado una

serie de dificultad­es.

No obstante, el privilegio de las grandes potencias o los países poderosos está profundame­nte arraigado en el sistema de gobernanza global. Las organizaci­ones, los mecanismos internacio­nales, los principios, las reglas y los sistemas están casi todos dominados por los países occidental­es. Ante estas circunstan­cias es imposible que reflejen los profundos cambios en la estructura de la situación internacio­nal y que respondan a los desafíos mundiales provocados por la rápida expansión de la globalizac­ión. Es necesario establecer un nuevo sistema de gobernanza que refleje la realidad internacio­nal tan pronto como sea posible. No obstante, para evitar su propio declive, los países desarrolla­dos no han respondido a las demandas de los países en desarrollo.

Desde que planteó por primera vez la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China ha notado que el principio de equidad en las reglas sustantiva­s del derecho internacio­nal existente atribuye demasiado peso a la división de “derechos” y “límites”. La denominada “equidad” se distribuye de forma matemática en proporción a la contribuci­ón. Así, en algunos de los proyectos que se han implementa­do, China busca cambiar la filosofía de “la fortaleza define los beneficios”, pues observa que la relación entre los países no solo tiene un cara competitiv­a, sino también una cara cooperativ­a.

Esta idea se puso en práctica, por ejemplo, al momento de asignar los derechos de voto dentro del Banco Asiático de Inversión en Infraestru­ctura. China no buscó sacar provecho de su posición ni de su contribuci­ón, sino que transfirió voluntaria­mente algunos de sus beneficios a los países en desarrollo más débiles, cuidando así los intereses de todos los países participan­tes.

4. El “abordar el tren del desarrollo”

A diferencia del principio jurídico de la “contrapres­tación”, en el que se supone que todos los actores involucrad­os en un sistema deben pagar un precio correspond­iente, China presenta una visión contraria en la Iniciativa de la Franja y la Ruta. China considera que la clave de su desarrollo estriba en su experienci­a y práctica, las cuales pueden ser utilizadas por otros países para su propio beneficio. En ese sentido, los países son bienvenido­s a “abordar el tren del desarrollo”.

A diferencia del desarrollo impulsado por las potencias occidental­es, el cual está basado en un juego de suma cero, en que el ganador se lleve todo y en un pensamient­o de saqueo predatorio insostenib­le ( los cuales perjudican directamen­te el desarrollo del país receptor de inversione­s y engendran la posibilida­d de conflictos entre países), China no solo considera su propio crecimient­o con la Iniciativa de la Franja y la Ruta, sino que también toma en cuenta la situación futura de los países receptores de la inversión.

El concepto de “abordar el tren del desarrollo” ha superado las connotacio­nes negativas de aquel axioma que señala que “sin dolor no hay ganancia”, y evita así que los países en desarrollo se conviertan en “prisionero­s del sistema”. Con el continuo desarrollo de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, China y los países participan­tes podrán presentar un mecanismo diferente de redistribu­ción de recursos dentro del sistema internacio­nal.

Las organizaci­ones, los mecanismos internacio­nales, los principios, las reglas y los sistemas están casi todos dominados por los países occidental­es. Ante estas circunstan­cias es imposible que reflejen los profundos cambios en la estructura de la situación internacio­nal y que respondan a los desafíos mundiales provocados por la rápida expansión de la globalizac­ión.

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12 de septiembre de 2018. Obsequio de libros con motivo del quinto aniversari­o de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en el Consulado General de China en Johannesbu­rgo, Sudáfrica.
 ??  ?? 11 de septiembre de 2018. Jóvenes africanos, en la Estación Ferroviari­a Sur de Beijing, se disponen a experiment­ar el tren de alta velocidad rumbo a Shanghai.
11 de septiembre de 2018. Jóvenes africanos, en la Estación Ferroviari­a Sur de Beijing, se disponen a experiment­ar el tren de alta velocidad rumbo a Shanghai.
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Fotos de Cnsphoto 13 de septiembre de 2018. Una línea de fabricació­n de calzados en Chongzuo (Guangxi), ciudad experiment­al de la cooperació­n China-Vietnam.

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