Yinchuan, un oasis de historia y costumbres
La capital de Ningxia nos ofrece una mirada a la riqueza cultural de la etnia hui
Ubicada en medio de la llanura de Ningxia, Yinchuan es la capital de la región autónoma de la etnia hui de Ningxia. Cerca de la montaña Helan en el oeste y con el río Amarillo atravesando la ciudad, es una ciudad llena de lagos. Yinchuan fue un punto importante de la antigua Ruta de la Seda y la capital del régimen Xia del Oeste (1038-1227), así como una crucial ciudad del noroeste de China. La cultura de pastizales del norte, la agrícola de las llanuras centrales y la comercial de las regiones del oeste se fusionaron en Yinchuan, a la cual otorgaron una cultura regional única, vibrante e inclusiva.
La cultura antigua del río Amarillo
Ningxia se encuentra en una zona de transición entre las mesetas de Loess y de Mongolia Interior. Gracias a las aguas del río Amarillo, la llanura de Ningxia es un paraje de ríos y lagos en medio de una zona árida. La montaña Helan en el oeste debilita el flujo de aire frío y el avance hacia el este del desierto de Tengger, por lo que actúa como una barrera natural.
A 28 km al este de la ciudad de Yinchuan se encuentra el antiguo embarcadero Hengcheng, el más importante que hubo entre el régimen Xia del Oeste y la parte oriental del río Amarillo. Con el fin de sofocar la rebelión de la tribu Junggar en 1697, el emperador Kangxi de la dinastía Qing condujo a los soldados a una expedición por las tierras frías del norte. El ejército cruzó el río Amarillo y vivió 19 días en Yinchuan.
En Hengcheng aún existe un antiguo
medio de transporte: la balsa de piel de carnero. Con más de 2000 años de historia, es el único medio de transporte en el curso superior del río Amarillo. Ningxia era el lugar donde se reunían grupos de nómadas y agricultores en la antigüedad. La población local usaba materiales de la zona, como la piel de cordero, para construir el transporte que le permitiera cruzar el río. La capacidad de carga de una balsa de piel de cordero es generalmente de una tonelada, la cual puede ser transportada
por seis a ocho personas. Está hecha de 48 postes de madera atados en un marco de madera rectangular con 14 balsas de piel de cordero infladas debajo. Sin embargo, debido a que la balsa es liviana y no tiene fuente de energía, solo puede fluir río abajo y no puede navegar contra la corriente. A su regreso, los barqueros la llevan al hombro sin mucha dificultad.
La balsa de piel de cordero no es solo un particular medio de transporte en el río Amarillo, sino también un arte tradicional. Debido a que implica una serie de pasos (matar al cordero, fermentar, exponer la piel al sol, entre otros), el proceso toma alrededor de un mes y se necesita mucha habilidad.
Después de la fundación de la República Popular China y debido a los avances tecnológicos, las balsas de piel de cordero ya no son empleadas como medios de transporte. Hoy en día forman parte de las atracciones turísticas.
El misterioso régimen Xia del Oeste
Yinchuan fue la capital del régimen Xia del Oeste. Al ser una dinastía feudal de hace más de ocho siglos y que duró 189 años, su ascenso y caída ha dejado muchas preguntas sin respuesta entre los historiadores.
En el año 1038, Li Yuanhao estableció el régimen Xia del Oeste y se autoproclamó emperador. Gobernado por la etnia tangut, este reino tuvo su propia lengua y escritura (caracteres), promulgó leyes y regulaciones, y emitió monedas. Finalmente fue destruido por la invasión mongola en 1227, lo que provocó que numerosos libros clásicos desaparecieran y haya pocos registros detallados en los libros históricos existentes. Los tangut
perdieron sus tierras, las que fueron gradualmente asimiladas por otras etnias. Los caracteres del régimen Xia del Oeste se han vuelto indescifrables.
A unos 40 km al oeste de Yinchuan se encuentran las Tumbas Imperiales Xia del Oeste, una de las reliquias dejadas por este reino misterioso. En la zona se encuentran 9 tumbas de emperadores y 140 tumbas subordinadas de diferentes formas y tamaños. Influido por la cultura Han y budista, el complejo – equivalente al de las Trece Tumbas de la Dinastía Ming– se combinó con la cultura tangut, lo que le da al lugar una forma única. Desafortunadamente, el cementerio sufrió una devastadora destrucción por parte de las fuerzas mongolas. Las construcciones de la superficie fueron arrasadas y solo quedó un montículo como silencioso testigo del paso del tiempo.
El terreno de las tumbas es plano, mientras que en los entrecruzados barrancos –arrasados por las repentinas inundaciones– crecen ahora los únicos azufaifos del norte de China. La copa de estos árboles no es grande, pero sus hojas verdes gruesas y brillantes son muy densas, como si fueran cintas verdes entrelazadas en un cementerio de 53 km². Lo sorprendente es que ningún barranco pasa por el cementerio imperial. En los últimos 800 años han sucedido innumerables inundaciones en la montaña Helan. Sin embargo, las tierras del Mausoleo Xia del Oeste son las únicas que no se han visto afectadas. ¿Por qué? La razón sigue siendo un misterio para turistas e historiadores.
La gastronomía de la etnia hui
En Ningxia, las características culturales de la etnia hui se ven reflejadas en todos los aspectos de la vida. El estilo único de las mezquitas y los restaurantes que llevan letreros que dicen “halal” (los alimentos aceptados según la ley islámica) despiertan el interés de las personas sobre la etnia hui y la cultura islámica.
Los hui son un grupo étnico que se formó producto de la integración entre mercaderes árabes, persas, centroasiáticos y chinos después del siglo XIII. Verduras como la zanahoria, el ajo y la cebolla fueron introducidas a la parte continental de China gracias a ellos. En la actualidad, hay 1,9 millones de habitantes de la etnia hui que viven en Ningxia, los que representan un tercio de la población total de la región.
Los hui son muy conscientes de su salud y prestan mucha atención a la higiene alimentaria. Su gastronomía goza de
una larga historia. A mediados del siglo VII, comerciantes árabes y persas llegaron por tierra a Chang’an (la hoy ciudad de Xi’an) para hacer negocios. Muchos trajeron la gastronomía islámica de sus países. Algunos de ellos se quedaron y se convirtieron en los primeros ancestros de la etnia hui en Ningxia. Hoy los hui mantienen su estilo de vida original y su costumbre alimentaria. Después de años de desarrollo, son herederos de una gastronomía de amplia variedad, exquisitas técnicas y sabor único.
El ingrediente más preferido en Ningxia es la carne de cordero. La población local la come en casi todos los platillos. Hay un cordero muy famoso en esta zona: el cordero Tan, que es una de las reconocidas especialidades locales. Cada cordero Tan puede ofrecer entre 3 a 5 kilos de carne tierna y deliciosa, muy popular entre los consumidores.
Los hui son muy hospitalarios. Los hombres suelen recibir a los invitados en casa, mientras las mujeres hierven el agua y preparan el té. Los invitados se sientan según su edad. El anfitrión les ofrece primero una taza de té humeante y cubierta, acompañada de youxiang ( pastel de harina con sal, frito en aceite de sésamo) y sanzi (masa frita). Todos conversan mientras comen y beben.
El youxiang y el sanzi son bocadillos infaltables en los hogares de Ningxia, así como en cualquier lugar habitado por la etnia hui. En los días festivos o en las vacaciones se ofrecen también estos platillos. La preparación requiere agregar huevos, miel, azúcar morena, entre otros ingredientes, en la masa. Después de preparar la fina torta con dos cortes en el centro, se la fríe en aceite hirviente. Al comer el youxiang, este debe ser roto con las manos. Además de comer uno mismo, hace falta compartir el platillo con amigos y vecinos, como una forma de fortalecer los lazos y la cercanía dentro de la sociedad.
El Tazón Cubierto Babao es un método único para beber té en Ningxia y consta de tres partes: la bandeja, el tazón de té y la cubierta de té. Este té está hecho de ocho tipos de ingredientes, como nueces, pasas, etc., por lo que no solo es dulce y delicioso, sino que también tiene efectos reconstituyentes.