El café de Bruselas

Si en cada departamento existieran focos de producción y emprendimiento como los que el Huila tiene en el corregimiento de Bruselas, este país podría mirar hacia el futuro no solo con la frente en alto sino con la esperanza en cada una de sus células. Allá, en ese corregimiento de 33 veredas, pertenecientes a Pitalito, están produciendo las mejores variedades de café de categoría especial (por los que se paga 5 ó 6 veces el precio de uno normal) a través de un proceso educativo, científico y asociativo que les garantiza mejorar la calidad del producto y generar un ambiente de desarrollo inigualable.

Allá, en Bruselas, la Institución Educativa Municipal no solo prepara a los muchachos académicamente sino que les enseña a manejar los laboratorios digitales para hacer seguimiento y medida y corrección al café que cosechan sus familias en sus fincas. Y como todos quieren mejorar en la calidad del café que ofrecen y ganarse el concurso anual de la taza de la Federación, han montado media docena más de modernos laboratorios digitales de análisis de cada uno de los pasos de la cosecha, selección, lavado, tostado y molida del grano, donde revisan los producidos de todas las otras fincas.

Pero la mejor medida del manejo ambiental y humano, desarrollista y esperanzador de ese rincón huilense de Bruselas lo dan no los miles de naranjos y guayabos cargados de frutas y el tamaño mayúsculo de plátanos y yuca, y los miles y miles de cafetos, sino una Orquesta Filarmónica de 75 jóvenes dependiendo de la Institución Educativa Municipal, que a su vez los recoge en las 26 escuelas o colegios regados en la geografía del corregimiento para que unos aprendan a tocar a Mozart y a Vivaldi y otros a oírlos. Esa es la Colombia del futuro!