El Magdalena es un río que cuenta relatos
La diversidad cultural que representa la principal arteria.
● Más de 1.500 kilómetros de extensión lo hacen el río más largo del país, y a la vez el que mayor diversidad musical y cultural ha entretejido en sus orillas.
El río Magdalena dialoga a través de las voces de quienes han poblado por siglos su cuenca y afluentes, a lo largo de 1.528 kilómetros de longitud. Es el río que atraviesa Colombia, y en ese recorrido no solo habla, sino que también canta, y danza, al compás de las composiciones y las melodías de los pueblos que lo circundan.
La historia de este río, llamado Yuma por las comunidades indígenas colombianas, es ancestral, al igual que las dinámicas sociales que se han tejido a lo largo y ancho de su extensión, que alberga el 80 por ciento de la población colombiana, distribuida en 11 departamentos.
No solo es la arteria fluvial más importante del país, es además gestor del comercio, de la cultura, de la música, de la danza y de las cocinas tradicionales que se crean a la orilla de sus riveras.
“El Magdalena es el río más largo que tenemos pero pocas veces somos conscientes de su magnitud, del recorrido que realmente lleva y lo que ha significado para el poblamiento del interior del país”, dice Carlos ‘Toto’ Sánchez, investigador del Patrimonio Cultural.
“Las raíces son fundamentales. Hoy tenemos personas que han bebido de esas fuentes como Totó La Momposina o como Carlos Vives, que con su canción ‘Mi Caballito’ hace un baile cantado de la zona del río Magdalena”, agrega Mirta Buelvas, investigadora.
La danza de los Coyongos, por ejemplo, relata la problemática del medio ambiente, en relación con los pájaros de río.