Venganza oficial
Tuluá, mi pueblo, da para muchos cuentos. La semana pasada amaneció consternado. El rector de la U. Central del Valle (Uceva), fue sancionado por 10 meses por el Personero Delegado por no satisfacer los interrogantes en una investigación de un problema disciplinario con un alumno.
El Personero Delegado dizque practicó visita ocular a los archivos y como que no encontró lo que buscaba porque le metió la exagerada sanción al rector.
El lío se comienza a enredar porque la Uceva le había cancelado el contrato como profesora a la esposa del personero titular y se complica más cuando se sabe que el delegado había sido vencido en juicio civil por la U. y embargado su sueldo, primero cuando trabajaba en la Secretaría de Educación del Chocó y después en la misma personería, por no pagar derechos de matrícula cuando era estudiante de ese centro.
Si querían aplicar justicia y no venganza, los dos deberían haberse declarado impedidos de fallar y sancionar al rector. Pero como hacen parte de componendas políticas y el periodo del rector se vence en febrero, urdieron esta trama que tenía otra meta, la de distraer del tema central de la campaña electoral: el descubrimiento de la Contraloría General de una empresa sindical, Aspressa, exenta de pagar impuestos pero que contrató casi todo ($54 mil millones a dedo) en los últimos tres años del municipio. Obviamente a ese bodrio no lo voltearon a mirar en tres años los personeros de marras, lo que hace suponer que les pareció normal que se contratara siempre a un todero. Cosas tulueñas que quizás pasan también en otros municipios.