Caterine, figura de Juegos en Lima
Buscará su tercer título Panamericano.
Hace 12 años voló por primera vez en unos Juegos Panamericanos y se fue en blanco. Tras reinventarse, Caterine Ibargüen se despedirá en Lima de las justas continentales como leyenda viva del atletismo mundial.
Aquel tropiezo en Río de Janeiro, que la dejó sin cupo para los Olímpicos Beijing 2008, le hizo considerar su retiro. Abandonó Colombia para radicarse en Puerto Rico y allí cambió el salto alto por el triple, la disciplina que la arropó de gloria.
En la que será su cuarta y última participación en los Panamericanos, Caterine apunta a ampliar su palmarés en la competición regional, tras los oros alza
dos en Guadalajara 2011 y Toronto 2015. Será, además, su adiós a las competiciones americanas antes de participar en los Olímpicos Tokio 2020.
“Cuando ganó su medalla de oro en Río, a los 32 años, muchos creímos que esa iba a ser su última participación en una olimpiada. Pero estamos ante una superdotada, no es normal que una atleta siga rindiendo a este nivel a los 35 años”, aseguró el periodista Ricardo Alfonso.
En la capital peruana aterrizará como la mejor atleta de 2018, un reconocimiento de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) luego de que lograra los títulos en salto triple y largo en la Liga de Diamante.
Un duelo más Aunque los pergaminos están de su lado, la consagración en Lima promete ser más dura que en ediciones anteriores.
La amenaza para alcanzar su tercer oro Panamericano tiene nombre propio: Yulimar Rojas, quien es 12 años menor.
La venezolana le arrebató el campeonato mundial por apenas 2 centímetros en Londres 2017 y comparte, junto a Caterine, la lista de 25 mujeres que han superado la marca de los 15 metros en salto triple.