¿Por qué el juego es una cuestión seria?
MÁS ALLÁ DE ENTRETENER, SIRVE PARA CONSTRUIR VALORES.
En todas las etapas de la vida se juega y al realizar esa actividad se comprenden los principios básicos de la convivencia: la autonomía, la libertad, la confianza, la generosidad, el respeto y la lealtad ¡Así que esta actividad es más seria de lo que se piensa!
En el juego se acuerdan las reglas en medio de la espontaneidad, es un pacto entre los participantes, quien falla deshace el juego. Es válido perder con decoro, pero absolutamente reprochable ganar con trampa. Esto en la vida cotidiana tiene sanción y deja una marca inolvidable
Por ello, el programa de Desarrollo del Pensamiento Creativo Crisol de Comfenalco Antioquia, que incentiva la innovación en el juego, destaca los beneficios de esta acción, que va más allá del entretenimiento, porque sirve para aprender, respetar reglas, crear estrategias con transparencia y construir valores.
También es un acto de libertad porque surge de la creación, si bien esta reglado. Lo que sucede depende de las características de los jugadores, las estrategias, los matices que le pone cada uno, además participa del azar y, por tanto, es inquietante e irrepetible, cada jugada es única.
Brinda confianza porque se juega con las cartas limpias y permite que el otro tenga las mismas condiciones, se está en igualdad de condiciones.
Cuando los participantes se disponen sin otra pretensión, hay generosidad, todos se entregan de la misma manera, es un acto de festejo, de gozo compartido, del espíritu generoso de estar todos en el mismo lugar, con el componente central de la felicidad, en el juego una emoción se contagia.
Con respeto, todos participan bajo las mismas condiciones, se establece una democracia fundante y el espectador se involucra respetando las fronteras, no es un espectador pasivo, mantiene la vivacidad del juego y lo alienta desde una observación participante.
Se reconoce al contrincante y al compañero. Al lado de la competencia se da la solidaridad, del azar la seguridad y de la realidad lo ficticio, es una relación de contrastes y complementariedad.
El juego enseña a ser más equitativos, a entender el lugar del otro y a experimentar capacidades y temores.