Extinción: no solo los osos
Si no reducimos las emisiones de gases de efecto invernadero, vamos a condenar a la extinción a muchas especies en el planeta y, por supuesto, pondremos en riesgo nuestra supervivencia en la Tierra.
Lo sabemos desde hace años y aunque se hacen muchos esfuerzos para evitarlo, es claro que no estamos trabajando lo suficiente en esta materia.
El reciente estudio publicado por la revista ‘Nature climate change’ en el que se registra cómo los osos polares podrían desaparecer en 80 años o menos, da cuenta de la rapidez con la que el impacto de nuestras actividades puede causar estragos a otras especies.
De acuerdo con el estudio, realizado por un investigador de la Universidad de Toronto Scarborough, el daño causado por las emisiones en el Ártico es tan grave, que aun si todos los países cumplieran estrictamente con los Acuerdos de París sobre la reducción de emisiones de CO2 para frenar el calentamiento global, no lograríamos evitar la desaparición de muchas especies que son características de ese hábitat.
Y no se trata solo, aunque es fundamental, de cambiar nuestros hábitos frente a la manera en que nos movilizamos o a la forma en la que consumimos, cada día con mayor avidez, los recursos naturales.
Tiene también que ver con la capacidad de movilizar conciencias, de unificar criterios y generar procesos que movilicen a los gobiernos hacia una agenda comprometida con la protección del medio ambiente. Es a través de la acción política que construimos un entorno sostenible en el que, al proteger las especies, nos salvemos a nosotros mismos.