Desarrollo divide en dos a la ciudad
La planeación urbana segrega a los habitantes de diversas zonas.
En el 2017 solo 11 de cada 100 hogares pudieron cubrir sus necesidades básicas, como el acceso a la canasta básica de alimentos y servicios. La brecha de desigualdad sigue creciendo, y la infraestructura de la ciudad y las viviendas tienen una gran influencia en la segregación urbana.
La estratificación socioeconómica tiene un gran impacto en el desarrollo de la ciudad, aunque esta clasificación solo iba a evaluar las características físicas de las viviendas y su entorno, se ha encargado de definir la capacidad económica y reconocimiento social de las personas que habitan en los hogares, así lo señala en su tesis ‘Juntos pero no revueltos: la influencia del sistema de estratificación social sobre los patrones de densificación urbana en Bogotá’, Juan Guillermo Yunda, doctor en planeación comunitaria y regional. “Los estratos 1, 2 y 3 no son sitio de interés para la construcción por parte del sector privado, mientras que en los estratos más altos se invierte por un mayor límite de altura permitido, cada vez estamos más separados”, agrega.
Pero según la Empresa de Renovación y Desarrollo Urbano (Eru) la mayoría de los proyectos que se adelantan no son en la zona norte de la ciudad, por el contrario uno de los proyectos es el Plan Parcial San Bernardo en la localidad de Santa Fe, donde se construirán 4.300 viviendas de interés social en 9 hectáreas que además tendrán locales comerciales, asimismo el Triángulo de Bavaria en la localidad de Puente Aranda, será el sitio destinado para ubicar 3.001 hogares, también de interés prioritario.
Además, actualmente en el centro de la ciudad está en construcción las Torres Atrio que esperan darle una nueva cara urbanística al centro, junto con el edificio BD Bacatá, una de las construcciones más recientes y modernas del país, las cuales son inversiones privadas. “El caso del barrio Las Nieves es un caso especial, porque el centro es la zona empresarial y central y eso le permite tener un desarrollo inmobiliario, planteado en el Plan de Ordenamiento Territorial (POT) del 2004, pero en general la situación es otra ” afirma Yunda.
En este Plan de Ordenamiento se dividió la ciudad en Unidades de Planeamiento Zonal (UPZ), que querían potenciar las zonas estratégicas dentro de los barrios residenciales mediante planes locales, pero su éxito no parece haber sido significativo pues en muchas zonas aptas para la construcción fueron prohibidas las grandes construcciones. “En cada UPZ se permitieron diferentes usos y altura en la vivienda, se definieron las necesidades específicas en cada localidad, donde el sector privado tuvo más acceso en la zona norte por el límite de altura permitido, lo que promovió la segregación social”, completa Juan.
La presencia del sector público es necesaria para que la situación cambie, aunque la inversión en su mayoría provenga del sector privado, políticas afirmativas que permitan la construcción de pisos en el sur, puede ser una buena solución al problema.
Finalmente, para Olga Ceballos, magister en urbanismo, la segregación es uno de los obstáculos para el desarrollo de la ciudad. “Estar alejado de las zonas de acceso de salud, trabajo y educación, no permite que los ciudadanos gocen del derecho a la ciudad, y además dificulta las relaciones entre los ciudadanos, mientras se sigue perpetuando la imagen de que vivir en el sur de la ciudad siempre está relacionado con la pobreza”.