‘Yo sentí el rechazo de la gente por ser venezolano’
‘Somos panas Colombia’ busca combatir la xenofobia que viven a diario los del vecino país.
● Ángel Medina es un venezolano que trabajaba en Caracas como miembro de la Guardia Nacional. Era sargento primero. Llegó a Bogotá hace más de seis meses ‘desertando’ del hambre y de la crisis política en su país. Sabe que nunca más podrá volver a su vida militar ni a su tierra natal.
Confiado en encontrar un mejor trabajo se enfrentó a la dura realidad de la capital colombiana. Una de las zonas más peligrosas de Bogotá le dio la bienvenida. Empezó como ‘jalador’ (invita a entrar al sitio) de un bar en Santa Fe, pero lo que ganaba no le alcanzaba para comer ni pagar el hospedaje. “Allá se ganaba por porcentaje. Si una persona se tomaba una cerveza, me ganaba 500 pesos, luego trabajé en los mismo en un restaurante, pero durante un par de meses tuve días en los que no comía. También sentí el rechazo de la gente por ser venezolano”.
De repente la vida comenzó a darle un giro inesperado. “Mi mamá es colombiana y llegó de Venezuela, empecé a hacer los trámites para la ciudadanía y poco a poco las cosas fueron cambiando. Decidí salir a buscar trabajo en otro sitio y por cosas de la vida llegué a una empresa de comidas rápidas. Después de esa oscuridad hallé unas personas que creyeron en mí y actualmente son los que me brindan apoyo laboral y emocional. Se convirtieron en mi segunda familia”, relata el venezolano.
Así como la historia de Ángel hay muchas más de personas del vecino país que llegan a diario a la capital. Ángel está entre las 43.483 personas censadas en Bogotá, según el Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos en Colombia.
Para nadie es secreto que desde que ciudadanos del vecino país empezaron a llegar a Bogotá, varios casos de xenofobia han sido denunciados, incluso comentarios despectivos contra los migrantes se escuchan en el transporte público.
Por ello, Acnur, la agencia de la ONU para los refugiados, trabaja en la campaña ‘somos panas colombia’, para crear una comunicación contra la xenofobia que se concentre en impulsar un mensaje con sentimiento de solidaridad y empatía hacia ellos y su difícil situación.
Para el sociólogo y profesor de la Universidad Nacional Fabián Sanabria, “cuando los colombianos no estábamos tan bien, Venezuela acogió a un montón y nunca hubo esos gestos de racismo ni discriminación que se ven ahora. Hay que ser conscientes y solidarios porque algunos políticos están instrumentalizando y usando todo el imaginario contra los venezolanos con comentarios como que ellos han venido a quitarles trabajo a los colombianos. La sociedad tiene que reflexionar porque ellos no son ‘chivos expiatorios’, son ciudadanos comunes y corrientes y en la medida en que se pueda y que haya una reglamentación podrán trabajar”.