La zona de Galerías se alista para la temporada
Comerciantes dicen que ventas han disminuido; sin embargo, esperan obtener ganancias.
● Amanece en Bogotá y los primeros vendedores informales aparecen en la calle 53. Se toman un pedazo del andén para exhibir sus mercancías navideñas: gorros verdes y rojos, personajes y artículos para pesebres, faroles, guirnaldas, luces y demás.
Al mismo tiempo, los locales comerciales suben sus rejas y acomodan los mostradores para ofrecer los mismos artículos que ya se ven en las calles, pero en algunos casos, con diseños más llamativos y acabados más finos.
Sin embargo, no parece diciembre en esta tradicional calle bogotana. Así lo dice Edith Alcalá, quién administra Jardín Real, uno de los muchos negocios de la zona que en este tiempo ofrecen todo tipo de artículos decorativos con ambiente navideño.
Con el pasar de las horas la calle se llena de más comerciantes y menos transeúntes, son pocas las personas que en este inicio de mes han frecuentado el lugar. Y aunque no hay cifras exactas de ganancias o pérdidas, la medición que hacen los mismos vendedores les corrobora que los tiempos han cambiado.
“Hace ocho años había más demanda, yo elaboraba cerca de 3.000 piezas y a mitad de mes ya no tenía mercancía. Hoy elaboro entre 800 y 1.200 artículos y no creo que se vendan”, cuenta Jhony Mondragón mientras desempaca de la maleta de su carro algunas casas de poliestireno, santos de plástico y papeles decorativos para pesebres.
Mondragón llegó al belenismo, arte de construir pesebres, después de quedarse sin empleo hace ocho años. Durante todo el año, junto a su esposa y a sus hijos, se dedica a construir las piezas que vende en esta época. Asimismo, se dedica a otras actividades
para tener un ingreso extra: “Nosotros también fabricamos cojines para muebles, nos movemos en las calles. Si la calle no diera plata, la gente no estaría ahí. Es más, algunos de los grandes locales comerciales tienen vendedores en las calles”, agrega.
A lado y lado de la 53, entre villancicos, carros y
pregoneros, se encuentra variedad, cantidad, calidad y promociones. Desde artículos navideños elaborados a base de materiales reciclados hasta juguetes de madera. Y este último es el caso de Darío William Pamplona, quien desde hace 20 años está en Bogotá con carros, aviones, marionetas y demás artículos elaborados con pino pátula y ciprés.
Darío William es un niño con 55 años. Su idea nació de la transición de la fábrica de muebles de su padre, Joaquín Pamplona, en Pensilvania (Caldas), a un taller como el de Geppetto, el escultor del mítico muñeco de madera Pinocho.
“Diciembre es una buena época para los juguetes de madera, ellos tienen un sitio especial en cada casa. Además, ayuda a que los niños desarrollen sus capacidades motrices mucho más”, comenta Pamplona.
De la calle 53 con carrera 21 hasta la avenida Caracas, el olor de cafeterías y restaurantes se entremezcla con la música decembrina, gritos de vendedores informales ofreciendo sus productos y las grandes vitrinas de los establecimientos comerciales que esperan ajustar cuentas en Navidad. Al final de la jornada, todos coinciden en lo mismo: ya no son las mismas épocas de antes.
Y el día se va entre las pocas personas que recorren el lugar, los muchos vendedores informales que llegan a quedarse en los andenes y la ilusión de vender toda la mercancía en Navidad porque, si no, la tendrán que guardar durante todo un año y esperar a que los diseños no pasen de moda para no salir con artesanías y productos anticuados en 2019.