Un genio musical que se despide
● Ennio Morricone, el icónico músico y director de orquesta italiano, se despide este año de su carrera a los 90 años y en plena forma con una serie de conciertos por diez países y una representación final el 22 de junio en las Termas romanas de Caracalla.
“Me siento privilegiado de poder festejar mi 90 cumpleaños con esta salud. Es una bendición poder dirigir aún mis conciertos en tantas ciudades europeas maravillosas y estoy muy contento con la generosidad que mi público sigue demostrándome”, afirmó el genio italiano.
El sprint final del compositor de música para películas es parte de la gira ‘60 años de música’ que inició en 2016 y que ya ha incluido más de 50 conciertos en 35 ciudades europeas a los que han asistido más de 650.000 espectadores. Autor de más de 500 bandas sonoras, y con una extraordinaria carrera que le hizo merecedor de un Óscar honorario y otro por la composición para ‘The Hateful Eight’.
Aunque comenzó a componer en la década de 1950, la fama mundial le llegó con sus temas para las cintas de su amigo Sergio Leone. Para el rey del spaghetti western Morricone compuso bandas de títulos memorables como ‘Per un pugno di dollari’ (1964), ‘Il buono, il brutto e il cattivo’ (1966), ‘C’era una volta il The West’ (1968) o ‘Giu la testa’ (1971). Ha hecho bandas sonoras para centenares de películas de multitud de géneros, lo que le ha convertido en uno de los autores más versátiles y reconocidos del mundo.
Algunas de sus aportaciones más célebres son las composiciones para la cinta ‘Nuovo Cinema Paradiso’ (1988), de Tornatore; la obra maestra de Bernardo Bertolucci, ‘Novecento’ (1976), o la historia de aquel misionero jesuita de ‘The Mission’ (1986).
Ha trabajado también con afamados realizadores como Brian de Palma, Lina Wertmuller, Roman Polanski, Warren Beatty, Oliver Stone o los españoles Luis Buñuel, en ‘Léonor’ (1975), y Pedro Almodóvar, en ‘Átame’ (1990).
En 2016 Morricone se hizo con el Premio Óscar por la banda sonora que creó para el western ‘The Hateful Eight’ (2015) de Quentin Tarantino, una composición que le valdría otros reconocimientos como un Globo de Oro o el Bafta de la Academia Británica.
La extraordinaria carrera de Morricone fue reconocida en 2007 con el Óscar a la carrera, ampliando así un enorme palmarés en el que constan decenas de premios.