Solo preguntas
Partiendo de que resultan peor que criminales quienes matan a 20 policías desarmados para reafirmar sus tesis sobre Colombia, y que cometieron un crimen de lesa humanidad, la mesura en el análisis de lo sucedido y lo que significa, no deja sino preguntas. Si, como dicen gobierno y Fiscalía, fue el Eln, ¿por qué necesitaban identificarse con un carro de Arauca y documentos de un ciudadano de su organización? Si fueron ‘elenos’, la bomba es una declaración de guerra, pero debe admitirse que el candidato Duque dijo que no dialogaría con ellos hasta que cumplieran condiciones que creía fundamentales para proseguir conversaciones de paz. ¿Quién convenció al presidente Duque de que era mejor forzar a los ‘elenos’ y no reanudar los diálogos? Es un capricho costoso. Conversar habría evitado actos de guerra y 20 muertos y 70 heridos.
Por otro lado, gobierno y Fiscalía han sido categóricos en que Rojas era mocho de la mano derecha y así manejaba hasta bien adentro el carro cuando se celebraba una ceremonia con brigadieres. Pero, ¿la camioneta 1993 era de cambios automáticos o mecánicos? ¿Y cuando entró a la Escuela anotaron su nombre y cédula, y le preguntaron a dónde iba? ¿Y cómo entró y circuló como Pedro por su casa? Hay más preguntas, pero el que alguien se inmole por un grupo sin ideología definida puede cambiar el curso de la nueva guerra en que nos han metido. ¿Y si no fueron ‘elenos’ sino otros, esos sí ideológicamente fanáticos, y que mediática, militar y políticamente se favorecen? ¿Por qué se amarraron veloz y caprichosamente a una sola hipótesis?