A pagar todos
La noticia de que las deudas de las EPS y los entes territoriales con clínicas y hospitales llegan a más de 10 billones de pesos se ha oído como si lloviera sobre mojado. El país se acostumbró, y no chista, porque en muchos hospitales y a muchos pacientes se les niega el servicio alegando que la EPS tal o cual no volvió a pagar y se le suspendió el convenio. El mal ha sido diagnosticado tantas veces como se les demora la solución a muchos pacientes. La salida la plantean igual: que el Estado titule la deuda, se las pague a clínicas y hospitales y se salte a las EPS. Nunca se soluciona de verdad pero siempre nos toca pagar a todos.
Al mismo tiempo, y sin que nadie arme alboroto, la Cámara de Representantes, y después el Senado a pupitrazo limpio, aprobaron en el Plan de Desarrollo una colección de estupideces, entre ellas la de cobrarles $4 de más por kilovatio a los estratos 4, 5 y 6 para recoger la deuda de Electricaribe y garantizarle a la Costa Atlántica que el servicio no se le suspenderá. Nadie ha chistado ni contra la solución que el gobierno les planteó a los congresistas ni contra la actitud de ellos que, movidos como los caballos viejos por la ambición de la zanahoria o futura mermelada (como la que le atollaron a la senadora del Meta), aceptan los daños habidos y por haber al contribuyente. Nadie sabe por qué a Uribe y a Duque sus ministros les aconsejaron que era mejor meternos $4 por kilovatio en vez de usar los otros 21 pesos que nos cobran ocultos en las facturas de energía para el Fazni, el Faer, el Foes y el Porne, que recogen casi 600 mil millones anuales. Si usaran esos fondos, habrían podido segregar lo correspondiente a la Costa y evitar que aparezcan obligándonos a todos a pagar lo que no gastamos.