EL APUNTE
● LAS BICICLETAS de piñón fijo no tienen punto muerto, es decir, siempre que la rueda de atrás esté en movimiento los pedales estarán girando, por eso no hay freno y la única manera de parar es haciendo la fuerza inversa. Las velocidades que se alcanzan mediante el uso de esta herramienta pueden ser altas, incluso llegan a los 55 kilómetros por hora, lo que pone en evidencia la calidad deportiva de cada competidor.