Audiencia del morbo
La semana pasada se hizo tendencia en las redes sociales una foto en la que supuestamente, alguien trata de robarle el reloj a un vigilante que estaba herido.
El hecho fue registrado por el diario de esa ciudad y, como consecuencia, el joven recibió ataques y críticas; de hecho, incluso eso le costó su trabajo y terminó bajo el estigma de la sociedad. Por fortuna, gracias al testimonio de un policía que estaba en el lugar se conoció que realmente lo que estaba haciendo el mototaxista era brindando ayuda al vigilante y justo al momento de la foto le tomaba el pulso al agonizante herido.
De este episodio surgen varias reflexiones. La primera es lo fácil que resulta acusar, atacar y destruir a las personas; sin duda, este hecho se parece mucho al pasaje de la mujer adúltera que fue llevada ante Jesús, con la diferencia de que hoy los teléfonos inteligentes y las redes sociales aceleran la lapidación de un inculpado. También llama la atención la actitud del medio de comunicación, que en su afán de ganar audiencia no verifica los hechos, sino que da validez a una versión desinformada.
El balance de la historia es un hombre afectado en su buen nombre, unos atacantes anónimos escudados en las redes sociales y un medio de comunicación más preocupado por su imagen de marca que por la víctima de su ligereza. Todos tiraron la piedra y escondieron la mano.
El caso revela un problema social actual, pues antes de ayudar a las personas que lo necesitan, preferimos alimentarnos del dolor y con el morbo buscamos ganar seguidores, likes o generar tendencias.