Hijos de migrantes nacen sin patria
Proyecto de Ley eliminaría ese rie para migrantes venezolanos.
Diane Espinal* cuida a su bebé como un tesoro. Tal vez con más celo que cualquier madre: le lava las manos constantemente, hierve lo más que puede los teteros y ni pensar en someterlo a un sereno.
Todas esas precauciones apuntan a evitar que el pequeño de tres meses se enferme, pues no sabría qué hacer debido a que no cuenta con ningún tipo de aseguramiento como consecuencia indirecta de que nació sin patria.
Apátrida les dicen a los que, como él, no tienen en sus documentos de identidad un país que los reclame. En Colombia este fenómeno había sido pasajero. De hecho, solo existen 12 casos registrados, según las estadísticas oficiales, pero no eran personas nacidas en suelo local, sino que llegaron sin ser reconocidos por otra nación. Pero la migración desmedida desde Venezuela a raíz de la crisis política y económica de ese país, unida a las zonas grises que tiene la legislación colombiana, dispararon el riesgo de que a miles de niños se les viole el derecho universal a una nacionalidad.
Cualquier extranjero que busque obtener la ciudadanía en el país debe llenar dos de tres requisitos, explica una fuente de un organismo humanitario: haber nacido en el territorio, tener un vínculo sanguíneo o que los padres prueben su domicilio. El problema surge con el tercer aspecto, porque algunos funcionarios y operadores de justicia solo reconocen la residencia si la gente ha entrado legalmente y lo equiparan a tener visa de permanencia o de trabajo, añade la fuente. De hecho, en este momento hay varias acciones de tutela por lo mismo.
A juicio de algunos especialistas, deberían aceptar documentos diferentes con ese fin. “Estamos trabajando en eso, en la interpretación del domicilio en Colombia. Es un elemento técnico normativo”, anota una fuente de Acnur.
Por el lado venezolano, para que un niño nacido fuera de su territorio se registre como nacional requiere que padre y madre tengan esa condición, con lo cual, si al nacer por fuera un niño y uno de ellos no detenta la nacionalidad, por ejemplo tratándose
de una mujer soltera que migra sin papeles y tiene un hijo sola, este tendría problemas para alcanzar la nacionalidad. Y en la situación actual entran a jugar elementos extralegales. Muchos aun teniendo el derecho no lo pueden reclamar por el cierre o la inoperancia de las oficinas consulares, donde debería hacerse el registro, o incluso porque en esos despachos no hay la papelería.
Número indeterminado
No se sabe cuántos son, por falta de estadísticas actualizadas, pero podrían ser miles los niños en riesgo de apatridia, si se tiene en cuenta que el Registro Administrativo de Migrantes Venezolanos (RAMV) realizado entre abril y junio del año pasado detectó 1’174.743 personas de esa nación que pasaron las fronteras con Colombia. Entre ellos había casi 9.000 mujeres en estado de embarazo, lo cual quiere decir que potencialmente sus hijos serían apátridas al nacer. Y tal vez aumenten porque el RAMV no es aceptado a veces como prueba legal de residencia, según advierte Daniel Carvajal, colaborador del Observatorio de Venezuela de la Universidad del Rosario.
Lo cierto es que hasta ahora, de acuerdo con Alfredo Posada, registrador delegado para la Identificación, de la Registraduría Nacional, solo una veintena de padres venezolanos se han presentado a pedir que les tramiten la nacionalidad de sus hijos por nacimiento. El bajo número obedecería a un temor, debido a que, siguiendo el procedimiento internacional, se debe reportar a las autoridades venezolanas para verificar si ese país los reconoce.
Problema mundial
En el mundo, según Acnur, hay más de 10 millones de personas a las que se les niega la nacionalidad. “Como resultado, a menudo no pueden asistir a la escuela, ir al doctor, obtener un empleo, abrir una cuenta bancaria, comprar una casa o, incluso, casarse”, explica la entiEn Cobmbia nacenniños sin patria
*En este informe periodístico se cambian los nombres en obediencia al Código del Menor.
dad en su página web. Si la situación se prolonga hasta hacerse mayores, tampoco podrían votar y ser elegidos en cargos públicos. En resumen, son invisibles jurídicamente.
En el caso del bebé de Diane, ya se ha visto con tropiezos para tener salud, y de no resolver su lío, podría sufrir el resto de las privaciones descritas.
Diane cuenta que no tuvo problemas con los controles prenatales en la Clínica La Piloto, en la zona nororiental de Medellín, donde reside, pero después de que el niño salió de su vientre sucumbió en un círculo vicioso del que todavía no sale.
A pocos días del alumbramiento, al chico le empezó un brote en el cuerpo, como reacción, según ella, al vapor de una fábrica de obleas instalada en la vivienda donde alquilaban una habitación.
Asegura que no lo atendían porque no estaba registrado, pero al tratar de efectuar ese procedimiento, tampoco lo admitían debido a que ella y su esposo no han regularizado su permanencia. “Decían que no podían sin el permiso de permanencia y sin pasaporte”, añade.
Así, la mujer recorrió seis notarías y solo una orden del ICBF invocando los derechos del niño logró resolver el problema. Pero ahí no paró todo. Le dijeron que hasta que ellos no fueran “legales” no los podían inscribir en el Sisbén, ni el pequeño podía aparecer solo en esa base de datos oficial.
El registro civil del niño, no obstante, por sí solo, no lo hace ciudadano colombiano. De hecho, en la franja inferior tiene una nota que dice: “No válido para demostrar nacionalidad”.
“El problema es cuando las oficinas consulares se niegan a hacer los registros de nacimientos y en ese caso el niño podría estar en riesgo de apatridia”.
Daniel Carvajal
Observatorio de Venezuela.