Chupando agua
La actuación unilateral y arrasadora de la multinacional Smurfitt Kappa sembrando eucaliptos con el apoyo de alcaldes y Minambiente ha generado reacciones, más a favor que en contra.
Una de estas últimas es la del sapientísimo decano de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad Nacional en Medellín, el doctor Guillermo Vásquez Velásquez. Para tan curtido maestro, los eucaliptos no se chupan el agua de las cuencas y microcuencas que yo veo amenazadas sino que, por el contrario, él con sus conocimientos máximos de hidrología garantiza que el caudal de las aguas en los bosques sembrados de eucaliptos aumentan.
Siempre he creído que la libertad de expresión es el fundamento de los grandes cambios de la humanidad. Ha sido la genialidad de la observación y el atrevimiento de quien usa el sentido común el que ha producido los grandes cambios de la ciencia que los sabios, como el doctor Vásquez, estudian a posteriori.
Él entonces cree que los eucaliptos no chupan las fuentes acuíferas. Yo creo lo contrario. He vivido en el campo por más de 70 años, he sembrado eucaliptos para secar pantanos y he recorrido esos bosques donde las aves, los animales y las otras plantas han salido.
Además hay una verdad de puño: el ritmo de crecimiento de los árboles es ampliamente proporcional a la cantidad de agua que utilizan. Si el objetivo de la plantación es producir un gran volumen de madera, debe esperarse que los árboles consumirán inmensas cantidades de agua. Con más eucaliptos, solo cabe esperar que habrá un mayor consumo de agua. ¿O así no es?