Basura: falta educar
La instalación de canecas para residuos evidenció que se necesita más educación.
● El 11 de marzo se inició el proceso de instalación de canecas nuevas en Bogotá. La meta es tener una cesta de basura, por cada 92 habitantes.
El proceso aún no ha finalizado y cada día se instalan nuevas canecas con el fin de cubrir poco a poco la ciudad. Sin embargo, a los ciudadanos les preocupa el cuidado, la dificultad para arrojar la basura allí (ya que tienen un ‘techo’) y, sobre todo, la contaminación visual generada por los residuos alrededor de las mismas.
La localidad de Suba, es una de las que más cantidad de canecas nuevas tiene disponibles para el uso de los ciudadanos. En la carrera 49 con calle 132, algunos residentes dicen que, aunque apoyan el proyecto del Distrito para mantener las calles limpias, este no es suficiente.
“La gente pone los talegos normales de su casa o local, porque creen que ahí es donde viene a recoger el camión de basura, y resulta que estas (las canecas) son para reciclar, no son para otro tipo de basuras”, afirma Carlos González, uno de los vecinos del sector.
Por su parte, Yanlicer Pérez, subdirector de recolección, barrido y limpieza de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), recalca que estas cestas no están destinadas para depositar las basuras del hogar, por eso no son de fácil acceso. Para él, es fundamental que la gente empiece a comprender que existen días y horas especiales en que los camiones pasan a recolectar la basura ordinaria del hogar, para disponerla adecuadamente.
González (residente) asegura que hacen falta jornadas pedagógicas que enseñen a la comunidad cuál es su operador de basuras, qué día se deben sacar y en dónde se pueden dejar para que el camión las recolecte.
A unos kilómetros del sector, en la carrera 49 con calle 135, hay varias canecas disponibles, sin embargo, a pocos metros de ellas, los costales, las llantas y los escombros se hacen evidentes y no son utilizadas adecuadamente.
Según Fabio Rodríguez, habitante y dueño de un local de repuestos, las personas que realizan arreglos, remodelaciones y obras en sus casas o negocios, “le pagan a los recicladores o habitantes de calle para que se deshagan de este tipo de desechos no reciclables y los dejan junto a las canecas, lo cual es prohibido”, dice Rodríguez y asegura que la implementación de estas nuevas canecas es una buena solución, porque las calles permanecen más limpias.
“La gente ya recoge la heces de su mascota y no botan basura en la calle”. Asimismo, está de acuerdo con sus vecinos, de la necesidad de jornadas pedagógicas, mientras los habitantes aprenden a reciclar.
En cuanto a los recicladores, la Uaesp asegura que mientras los ciudadanos hagan un bueno uso de las basuras y depositen el residuo en la caneca correspondiente, el trabajo de extracción de materiales reciclables será más sencillo para los recolectores y evitará el desorden de basura en las calles.
Hasta ahora, todas las canecas que se han instalado son en aluminio. “Pueden tener una durabilidad de 40 años sin problema, si se cuidan bien”, afirma Pérez, subdirector de la entidad, quien además, agregó que luego de terminar de poner las canecas de aluminio, continuarán con cestas en polietileno que serán implementadas en zona de menor tránsito como parques y alamedas.
Marco Aponte, habitante de la localidad once, expresa que aparte de la pedagogía, las personas deben tomar consciencia y comprometerse con el reciclaje, disponer correctamente de las basuras y cuidar el mobiliario.
La Uaesp planea que, para finales de agosto, se tengan 60 % de las canecas instaladas para, finalmente, proceder con la instalación de las polietileno.
Por su parte, Peréz, realiza una invitación para que los ciudadanos que tengan escombros, puertas y ventanas, entre otros, y quieran botarlos, se pueden comunicar a la línea 110, la cual es especializada en recolectar este tipo de deshechos y darles su debido proceso.