Los recicladores
En este mar de pesimismo, dos fundaciones caleñas emprendieron el esfuerzo de reciclar. La una recoge y procesa las botellas de licor, la otra los envases plásticos. Dotada cada una de su máquina seleccionadora y trituradora, revierten esas materias primas adecuándolas al usuario que requiere peloticas de plástico para ingresar en otros productos o vidrio molido para fabricar botellas.
Los de la Fundación K, Natalia Botero, ayudan a cumplir las órdenes gubernamentales que impusieron un plazo para recoger las botellas vacías en pro de evitar su uso posterior en la fabricación de adulterados.
Recicloplas es un emprendimiento de los recicladores caleños, financiados y asesorados por la Fundación Carvajal que trabajan captando de los basuriegos o de las cooperativas de recicladores más de la mitad del material que transforman. Se consolida otro proyecto en Buenaventura con los mismos apoyos, liderado por una pequeña empresaria.
Si a los recicladores de plástico les impulsaran con una norma tan estricta como la que rige para los productores e importadores de licores, y que ahora obliga a disminuir las bolsas, muy probablemente los envases plásticos de único destino podrían ser recogidos en un alto porcentaje y la pujanza de Reciclopas se expandiría.
De la misma manera, si las secretarías de Hacienda departamentales y la misma DIAN hicieran un esfuerzo publicitario para generar la entrega de las botellas vacías de parte de la comunidad, hasta los ingresos por hipoconsumo de licores aumentarían. No es mucho lo que hay que hacer, pero a veces se puede y hay que destacarlo.