Comienza la fiesta de la Copa América
Arthur es la única duda que tiene el local de cara a su debut ante Bolivia.
● La anfitriona Brasil levantará hoy (7:30 p.m.) el telón de la Copa América frente a Bolivia, con el desafío de demostrar que es igual de favorita al título con o sin Neymar, desconvocado por lesión.
‘La Canarinha’ buscará el noveno título ante su afición, escéptica con el potencial de su selección tras el dolor que supuso la eliminación en cuartos de final del Mundial 2018.
La historia, sin embargo, está de su lado. Esta será la quinta vez que Brasil albergará el torneo y el balance no puede ser más ilusionante: siempre que fue anfitrión se proclamó campeón.
El proceso de preparación no fue un camino de rosas para los brasileños, especialmente desde que Neymar se incorporó a finales de mayo. A partir de ahí se empezó hablar más de polémicas, líos y escándalos que de fútbol. El delantero del PSG fue despojado del brazalete de capitán por agredir a un aficionado en Francia; después una mujer le denunció por una supuesta violación; y finalmente acabó lesionado en los ligamentos del tobillo derecho. El joven David Neres ya presentó sus credenciales para ocupar su lugar y apunta a titular.
Por su parte, Bolivia, campeona en 1963, afronta el duelo como si fuera David contra Goliat. Diez veces se ha medido con Brasil en el torneo con un balance de ocho derrotas y dos victorias. Nunca empataron. Más preocupante son los 40 goles encajados contra los 13 anotados en esos 10 encuentros.
‘La Verde’ también ha tenido problemas con las lesiones. El técnico Eduardo Villegas se vio obligado a llamar a Ramiro Vaca para sustituir a Rodrigo Ramallo, baja por un esguince de tobillo. También tuvieron que postergar un entrenamiento tras la visita de miembros de la comisión médica de Conmebol para control antidopaje.
Dos días antes se quejaron por utilizar un vestuario reducido en el campo de entrenamiento del Sao Paulo, pues coincidió con una práctica del club.
Mientras, el portero titular del conjunto boliviano, Carlos Lampe, parece tener clara la estrategia para poner a Brasil un peso bastante fuerte: jugar “con su desesperación” por la presión que supone ser los dueños de casa.