El reto de ser accesible
En Bogotá aún falta.
● En la ciudad viven aproximadamente 303.524 personas en condición de discapacidad, pero la mayoría de espacios públicos no están adaptados para esta población.
Ejemplo de esto es el transporte público. En el caso de las personas con discapacidad visual, Transmilenio trató de implementar herramientas, como señales sonoras, que avisan las paradas de las rutas. Sin embargo, existen quejas al respecto.
“Generalmente los altavoces no funcionan y cuando funcionan están mal. Yo tomo el H13 y yo ya sé las paradas que hace. Uno se confía por lo que no sirve el altavoz, pero la vez pasada me bajé en la parada siguiente a la Calle 63 y cuando salí del sistema resultó que estaba en la Calle 45. Me tocó caminar desde allá hasta el Inci”, cuenta Alejandro Pabón, joven con discapacidad visual que trabaja en el Instituto Nacional para Ciegos (Inci).
Otro periplo para las personas invidentes es recargar la tarjeta Tullave que se resume a un acto de confianza, pues no hay ninguna señal que les permita saber el saldo que tienen.
“Bogotá no está 100 % apta, pero tampoco está en cero. Por ejemplo, los buses tienen señal sonora para los ciegos, hay señales podotáctiles en las aceras, algunos semáforos sonoros y se han puesto bolardos que evitan a un ciego estrellarse con los carros que está en la acera; pero falta”, comenta el director del Inci, Carlos Parra Dussan.
A estas iniciativas se le suman la de la Imprenta Nacional de Braille, que produce las plaquetas que están en las estaciones del Sistema Integrado de Transporte en las que dice qué rutas paran allí.
Por su parte, el Inci hace una gestión interinstucional con las entidades encargadas de las calles, como el IDU y la Secretaría de Movilidad. Incluso tienen una campaña en la que invitan a las personas con discapacidad visual a que si encuentran un hueco o una alcantarilla sin tapa, la reporten para que ellos lo comuniquen al ente encargado.
El reto de movilizarse en silla de ruedas
Durante un foro organizado por el Instituto Roosevelt y la Fundación Teletón, que contó con voceros de entidades distritales y nacionales, se tocaron temas como el desplazamiento en ciudad para aquellos que se encuentran en esta condición.
Allí, la exsecretaria de Integración Social, Cristina Vélez, presentó la ‘Política pública de discapacidad, una mirada local’, en la que dio cifras sobre la cantidad de personas atendidas por esta entidad. En el transcurso de todo el 2017 fueron 21.777, solamente de enero a junio del 2018 atendieron a 18.642.
Además, comentó sobre la importancia de ofrecer una atención integral a los adultos mayores pues el 39,7 por ciento de la población en condición de discapacidad pertenece a esta población.
Según un informe de la Secretaría Distrital, desde allí trabajan en dos frentes: el de inclusión laboral y educativa y el de atención en los centros Integrarte, renacer, crecer y avanzar. Para los dos casos se ejecuta un presupuesto de $220.770 millones en el cuatrienio.
“Yo veo en Bogotá una buena intención, hay buena conceptualización, pero se necesita una mayor determinación política y una apropiación de recursos para eliminar barreras”, aseguró al finalizar el evento José Ignacio Zapata, director del Instituto Roosevelt y la Fundación Teletón.
Una de las conclusiones de los expertos en el Foro sobre el abordaje en Derecho de la Discapacidad es que hay que trabajar en la cultura de los ciudadanos para incluir a todos sin importar las limitaciones físicas o mentales.