Ariete Los zares
Sobre los últimos zares de Rusia estamos oyendo desde hace 100 años cuando el mundo de entonces supo que los comunistas bolcheviques habían fusilado ala familia reinante. El mito de haber sido los últimos zares. De haberles permitido a los seguidores de Lenin y Trostzky asumir el mando de la madre Rusia. De haber mantenido una autocracia irritante y provocadora que los llevó a la muerte, todo, ha servido para libros desde novelas hasta estudios profundos. Varios de los últimos que han sido publicado tienen datos más fehacientes dado que los herederos del poder en Moscú han ido permitiendo que los historiadores ausculten los archivos siniestros del régimen comunista que gobernó por 70 años en ese país. En un muy bien joteado compendio de todas esas nuevas historias y análisis, Netflix está presentando una serie de 5 capítulos ‘Los últimos zares’ que no solamente nos pone en claro lo vivido sino que sirve para construir una hipótesis muy atrayente sobre el verdadero papel de Rasputín en la trama, la ingenuidad machacona del zar Nicolás y el caprichoso afecto de la zarina Alejandra por ese monje de Siberia que pudo calmar las crisis hemofílicas de su último hijo el zarevich, que nació cuando la mayor de sus 4 hermanas ya tenia 14 años. Podría hasta decirse que es una versión racional que explica la malquerencia de la aristocracia rusa por Rasputin y el odio que supieron sembrar en el siempre hambreado y sometido pueblo ruso contra ese libidinoso hipnotizador. Construída como documental y actuada como película de pantalla ancha, reconstruye historias, afina afectos del espectador y permite emitir un juicio sobre un episodio más que mítico que termina con Yeltsin marchando en el funeral detrás de los restos de los Romanov, ocultos por los comunistas durante 80 años .