Efecto depredador humano en ‘Mugre rosa’
LA HISTORIA DE ‘MUGRE ROSA’, UNO DE LOS 10 LIBROS DEL 2020 PARA NY TIMES.
La historia de una sobreviviente en una ciudad portuaria afectada por los rigores del impacto medioambiental de una fábrica de carne artificial que llaman ‘Mugre rosa', es la más reciente novela de Fernanda Trías, uno de los 10 libros del 2020, según el New York Times en español.
¿Cuál fue la oportunidad de creación literaria?
Esta es una novela sobre la distancia: la que nos separa de la catástrofe, de las personas que hemos amado y también de la muerte. Me gusta mucho esta frase de la crítica chilena Lorena Amaro, porque da en el clavo de lo que me interesaba explorar. La narradora insiste en preguntar por la frontera entre los finales y los comienzos, contándonos su historia de sobreviviente en una ciudad portuaria infestada de algas tóxicas, peces mutantes y hedores industriales de una carne artificial que llaman mugre rosa. Todas estas imágenes estuvieron presentes desde el origen de la historia, pero entendidas como elementos que también (y sobre todo) tiene una lectura metafórica o simbólica. El telón de fondo es apocalíptico, pero lo importante es otra cosa, pensar el amor, la maternidad, la infancia.
¿Una reflexión especial?
Sobre ese mundo afectivo en crisis, y qué lazos aún nos unen como humanos (la solidaridad, la ternura). Tal vez por ahí esté la solución a esta gran crisis que atraviesa la humanidad.
Lo que fue casualidad...
La novela la escribí mucho antes de que empezara la pandemia. Pero ya antes de la pandemia estábamos enfrentados a la enfermedad y la muerte, solo que estábamos haciendo “la vista gorda”. La pandemia puso de manifiesto lo que ya estaba allí desde mucho antes.
Las relaciones humanas en crisis se presentan en la obra para llamar la atención?
Las relaciones afectivas son siempre complejas y llenas de tonos de grises. A todo el mundo le duele vivir, en mayor o menor medida. Mediante la escritura exploro ciertos temas que me interpelan, hago preguntas, no arrojo respuestas. Yo misma, mientras escribo, voy explorando esas preguntas junto al lector.
Algo de choque entre pesimismo y optimismo
Si todo sigue igual, para el 2100 el 74% de regiones se van a convertir en entornos inhabitables donde va a haber enfermedades letales. La contracara es pensar que, incluso en Chernóbil, proliferan animales y plantas gracias a la ausencia de humanos depredadores, los únicos capaces de llevarse a la extinción. El planeta tiene la capacidad de recuperarse, así sea en millones de años: la vida siempre triunfará, solo que sin nosotros. ¿Es pesimista u optimista pensar así? Ni lo uno ni lo otro. Cuando superemos esa manera de pensar binaria, empezaremos a madurar como sociedad.