Empieza la era del turismo espacial
Richard Branson pasó ayer a la historia por el primer vuelo tripulado con ese fin.
“Ha sido mágico”, fueron las primeras palabras del multimillonario Richard Branson tras llegar al espacio ayer.
No es para menos, la emoción tras haber alcanzado el espacio en un vuelo de prueba a bordo de un avión de su compañía Virgin Galactic, lo convierte en pionero del turismo espacial.
El británico despegó ayer de Nuevo México, donde se encuentra la pista de aterrizaje de la base Spaceport America, tras una hora de viaje a bordo del avión VSS Unity junto con otras cinco personas y en el que cruzó las 50 millas (80 km.) de altura.
“He soñado con este momento desde que era un niño, pero nada me había preparado para tener una vista de la Tierra desde el espacio”, reconoció el empresario ante periodistas y miembros de Virgin Galactic, la firma que fundó en 2004 para realizar vuelos comerciales al espacio.
Ataviado con el traje azul de la misión Unity 22, el británico se confesó honrado de haber hecho el vuelo de prueba, en el que tenía como misión evaluar la experiencia del futuro cliente durante el trayecto, en el que por un periodo de 4 minutos los seis ocupantes de la nave alcanzaron la ingravidez.
“Estamos aquí para hacer el espacio muy accesible para todos e impactar en la nueva generación de soñadores”, dijo Branson, tras reiterar a su familia y al mundo el mensaje detrás de la empresa Virgin: “Convierte el sueño de viajar al espacio en una realidad”.
El avión espacial de la compañía Virgin Galactic despegó alrededor de las 08.40 hora local (6:40 hora de Colombia) montado sobre la nave propulsora VMS Eve y con los seis miembros de su tripulación a bordo, incluido Branson, el fundador de la firma.
Con dimensiones similares a las de un jet privado, el VSS Unity se separó de forma fluida de la nave VMS Eve, llamada así en honor a la madre de Branson, tras alcanzar una altura de unos 10.000 pies (poco más de 3 kilómetros), para luego continuar su viaje hacia las fronteras del espacio y a unas 50 millas (80 kilómetros) sobre la superficie de la Tierra.
Alrededor de una hora después de despegar, la misión alcanzó el espacio.