Metas ambiciosas de protección ambiental
Convención sobre Biodiversidad Biológica propone “vivir en armonía” para 2050.
La Convención sobre la Diversidad Biológica de la ONU dio a conocer ayer el primer borrador de las acciones a tomar de aquí a 2050 que incluye 21 objetivos, para “vivir en armonía con la naturaleza”, con metas intermedias para 2030.
El tiempo se acaba: un millón de especies de animales y plantas podrían desaparecer y la mala salud de los ecosistemas amenaza a los seres humanos. La principal meta es la de preservar al menos el 30 % de la superficie del planeta con medidas efectivas y una reducción del 50 % del ritmo de introducción de especies invasoras.
Los 21 objetivos para 2030 forman parte del borrador de un nuevo Acuerdo Marco Global sobre Biodiversidad que está siendo negociado para su aprobación en la Convención de las Partes (COP15) de la Convención sobre la Diversidad Biológica (CDB), que se debe celebrar en octubre de este año en Kunming (China).
También se establece la reducción a la mitad de la pérdida de nutrientes en el medioambiente, el recorte de al menos dos tercios del uso de pesticidas así como eliminar las basuras plásticas. Además, se busca el redireccionamiento de al menos US$500.000 millones anuales de incentivos que afectan el medioambiente y un aumento de US$200.000 millones en los flujos financieros internacionales a los países en desarrollo.
La secretaria ejecutiva de la convención, Elizabeth Maruma Mrema, señaló en un comunicado que es necesaria “una urgente acción política global, regional y nacionalmente para transformar los modelos económicos, sociales y financieros” que permitan la estabilización para 2030 de la pérdida de biodiversidad y para 2050 “mejoras netas” y añadió que el objetivo del acuerdo marco es “galvanizar esta acción urgente y transformadora de Gobiernos y la sociedad, incluidos los pueblos indígenas y comunidades locales, la sociedad civil, la juventud así como empresas y sector financiero”.
La “armonía con la naturaleza”, proyectada para 2050, se deberá lograr a través de cuatro objetivos: la mejora de la integridad de todos los ecosistemas; la valoración de las contribuciones de la naturaleza a la humanidad; el reparto justo y equitativo de los beneficios de la utilización de los recursos genéticos; y el cierre de la brecha entre la financiación disponible y lo que es necesario para alcanzar esta proyección.