Ante un ACV, actúe a la mayor brevedad
Con la campaña #Actúaconvelocidad profesionales dan claves para reaccionar.
Un ataque cerebrovascular (ACV) ocurre cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene, bien sea por obstrucción de un coágulo o por la ruptura de un vaso sanguíneo. Ante ello, el cerebro no puede recibir nutrientes y oxígeno, lo que causa la muerte de sus células y un daño neuronal permanente.
Por ello, la clave es actuar rápido. De acuerdo con expertos tiene hasta 4,5 horas para acudir inmediatamente a una institución médica para salvar la vida de quien sufre un ACV. Tenga en cuenta que algunas de las señales son cara torcida, visión borrosa, debilidad en un brazo o pierna o hablar raro; ante cualquiera o varias de ellas se debe actuar inmediatamente, pues cada segundo mueren 32.000 neuronas y con ellas alguna función del cuerpo.
Prevenir con vida sana
De acuerdo con el movimiento #Actúaconvelocidad, existen muchas formas de prevenir un ACV, pero la más simple es a través de la actividad física y la vida tranquila. Basta con realizar ejercicio unas dos o tres veces por semana por 45 minutos o una hora.
Un estudio del Hospital General de Massachusetts demostró que la actividad física regular puede reducir el riesgo de fibrilación auricular y ACV, así como los beneficios de usar rastreadores de actividad física tales como relojes inteligentes, pulseras de actividad, relojes deportivos o relojes fitness para obtener datos más precisos sobre los niveles de actividad, así como para monitorear potencialmente condiciones como la fibrilación auricular.
La investigación que fue publicada en el European Heart Journal hizo la muestra a más de 93 mil personas del Reino Unido que tenían antecedentes de fibrilación auricular, quienes usaron dispositivos con capacidad de monitorear la frecuencia cardíaca durante una semana, que registraron la cantidad de actividad física que realizaron.
Cuando los investigadores hicieron el seguimiento de los participantes durante cinco años, las personas que realizaron un mínimo de 150 minutos de actividad moderada durante la semana en la que habían realizado el seguimiento de su actividad tenían un 18 % menos de probabilidades de desarrollar fibrilación auricular o de sufrir un ataque cerebrovascular.
Con ello, los hallazgos respaldan las recomendaciones de las sociedades médicas de completar 150 minutos o más de actividad física moderada a vigorosa por semana.