Historia ejemplar de Moisés en el deporte
CUATRO PRESEAS EN PARALÍMPICOS HACEN PARTE DE SU HISTORIA EN LAS PISCINAS.
No hay duda de que Moisés Fuentes es uno de los atletas más experimentados de la delegación colombiana en Tokio 2020. En su palmarés ya cuenta seis Juegos Paralímpicos consecutivos y múltiples preseas y distinciones.
Sus primeras justas fueron en Sídney 2000, donde alcanzó el séptimo puesto. Cuatro años después, en Atenas, mejoró y terminó en el quinto lugar.
Esas experiencias le dieron el bagaje necesario para subir al podio en Beijing 2008, cuando fue bronce en los 100 metros braza, posición que mejoró en Londres 2012 cuando fue plata. Después, en Río 2016, repetiría bronce.
El fin de semana, en Tokio, Fuentes volvió al podio tras ser segundo en los 100 metros pecho clase SB4, una hazaña más que importante.
“Este logro significa una bendición. Solo me queda agradecimiento por esta tierra. Feliz por esta medalla, pero más por poder demostrar que estamos en la mejor edad para lograr nuestros sueños”, dijo Fuentes al Comité Paralímíco Colombiano (CPC).
Gran proceso
La exitosa carrera de este santandereano comenzó en 1995, cuando encontró la natación. Sin embargo, no fue el primer acercamiento que tuvo con el paralimpismo, pues antes intentó en el para baloncesto en silla de ruedas.
Tres años antes de encontrar el motivo por el cual encaminó su existir, pasó uno de los momentos más complejos de su vida: un disparo le afectó la médula espinal y le produjo paraplejia.
Superar eso no fue fácil, pero lo consiguió. A partir de allí se trazó nuevas metas y las ha ido cumpliendo, entre ellas, convertirse en un profesional, lo que alcanzó en 2003 cuando se graduó como contador.
Hoy, la amplia experiencia que tiene lo convierte en un hombre de admirar por el resto de sus compañeros. Los para deportistas ven en Fuentes a una persona con la que es posible hablar, pero sobre todo, acercarse en momentos en que la mente y los pensamientos parecen jugar una mala pasada.