Talibanes: la hora de gobernar
DESAFÍOS, TRAS LA RETIRADA DE ESTADOS UNIDOS DE AFGANISTÁN.
Tras celebrar la salida de las tropas estadounidenses, los talibanes comenzaron a abordar la enorme tarea de gobernar Afganistán, uno de los países más pobres del mundo, que aún no sabe qué esperar de ellos.
La retirada, que el presidente estadounidense,
Joe Biden, defendió firmemente, puso fin a una guerra de 20 años desencadenada por la intervención de una coalición internacional liderada por Estados Unidos para expulsar a los talibanes del poder tras los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Los fundamentalistas han expresado su deseo de formar un “gobierno representativo”. Para la comunidad internacional, el cumplimento o no de este compromiso será una primera señal de cuánta confianza se puede depositar en ellos. La comunidad internacional les exige que no conviertan su territorio en un santuario para el terrorismo internacional, como ocurrió con Al Qaida en su primer gobierno.
Los islamistas, que prometieron no vengarse de quienes trabajaron para el gobierno anterior, deben volver a poner en marcha la economía, devastada por la guerra y que depende principalmente de la ayuda internacional, gran parte de la cual ha sido congelada. Su reto más urgente será encontrar los fondos para pagar los salarios de los funcionarios y mantener en funcionamiento las infraestructuras vitales (agua, electricidad, comunicaciones).
Los talibanes también deben demostrar que tienen la experiencia necesaria para dirigir el país, ya que decenas de miles de afganos, a menudo entre los más calificados, han sido evacuados.
“ESTA ES LA DECISIÓN CORRECTA.
UNA DECISIÓN SABIA. Y LA MEJOR PARA EE. UU.”: BIDEN.