¿Y cómo se hace?
El doctor Duque, presidente electo, ha propuesto en uno de sus discursos melifluos, (en los que uno lee frases y frases muy bien redactadas pero ninguna se puede destacar para volverla titular de la noticia), que los gremios y la sociedad civil hagan parte de un gran pacto para manejar el asunto de la paz que parece estar tambaleando. La propuesta es muy importante porque seguramente, en el fondo, debe tratar de buscar que la solución de la paz que Santos volvió unipersonal y solo para sus fines mediáticos y novelísticos, se vuelva propiedad de todos los colombianos. Pero, ¿cómo se hace? Hasta ahora, Duque no ha contado o explicado la metodología práctica para ese pacto. No lo hizo en campaña y no lo ha hecho en todos los discursos que se ha ido echando cada que se entrevista con algún gremio. Tampoco lo dijo el día que se prestaron él y Martha Lucía para esa ceremonia mañé de recibir una credencial de mandatarios electos y que resultó tan grande como un sábana. En vez de mostrarla enrolladita, con la dignidad que concede el rango presidencial, se la mostraron a todos los asistentes como si todavía fueran un par bachilleres recién graduados.
Convocar a un gran acuerdo nacional para que la paz no se desbarate suena a concierto de ángeles. Es poner de acuerdo a media Colombia, con Uribe a la cabeza, para que deje de considerar injusto que se perdone a los guerrilleros y se les vincule a la vida civil y política inmediatamente. Y hacerlo solamente con representación gremial y privada y con lo que el ELN llamaba “la sociedad civil” sin meter a los políticos ni a los militares, es repetir el esquema estigmatizador de Santos. El acuerdo nacional se requiere. ¿Pero cómo se hace?