Una grasa ‘buena’ sería clave contra obesidad
DESCUBREN CÓMO ACTIVARLA PARA LUCHAR CONTRA LA PANDEMIA.
● El metabolismo tiene dos tipos de tejido graso: uno adiposo blanco que almacena calorías extra, y otro pardo o marrón, un tipo de grasa buena que las quema para generar calor.
Ahora, un nuevo estudio desvela el mecanismo por el que esta última se activa, lo que podría servir para controlar la obesidad.
La investigación, liderada por científicos del español Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), se publica en ‘Plos Biology’ y, según sus autores, además de tener potenciales implicaciones clínicas para tratar la obesidad, lo sería para enfermedades relacionadas con ella, como la diabetes.
Investigadores se centraron en estudiar el funcionamiento del tejido adiposo, en concreto la grasa parda, para entender cómo se puede luchar contra problemas causados por la obesidad, señaló el CNIC.
Y es que una de las líneas de investigación para tratar el problema sería la manipulación de esa grasa ‘buena’ que quema energía para mantener la temperatura corporal y favorece que el organismo queme la energía almacenada.
Guadalupe Sabio y su equipo trabajan en comprender los mecanismos para activar la grasa parda y eliminar el exceso de
grasa en personas obesas.
La mayoría de grasa que hay en humanos es blanca –la parda solo está a la altura de la yugular–, de ahí el interés en tratar de convertir la blanca en parda y combatir la obesidad. Por eso hicieron experimentos con grasa blanca en muestras humanas y con grasa parda en ratones.
En ambos se estudió la proteína p38 alfa, explicó Guadalupe Sabio, una de las autoras. En más de 150 muestras de tejido adiposo humano se constató que la proteína está en menor cantidad en personas
obesas, lo que sugiere que por eso no se regula otra proteína clave, la UCP1, para activar la grasa parda.
En las investigaciones con ratones manipulados genéticamente y con grasa parda se vio que la ausencia de p38 alfa provoca lo contrario, pese incluso a una dieta grasa: la falta de la proteína en los animales activa la grasa parda y los protege además frente a la diabetes e hígado graso.
Según la investigación, la proteína p38 alfa controla la activación de otra proteína de la misma familia, p38 delta, que regula la temperatura: cuando se somete a los ratones a bajas temperaturas, p38 delta se activa, aumentando la actividad de la grasa parda. Los ratones carentes de p38 alfa, añadió, tienen sobreactivada la p38 delta, lo que les confieren protección frente a la obesidad.