La deforestación interrumpe patrón de precipitaciones
EMISIONES DEL EFECTO INVERNADERO AFECTAN NIVEL DE PRECIPITACIONES
La deforestación de los bosques interrumpe el patrón regional de precipitaciones y puede derivar en cortes de agua para las poblaciones que viven cerca de esas zonas, según un estudio científico presentado ayer en Roma.
Un grupo de 50 expertos liderado por la Unión Internacional de Organizaciones de Investigación Forestal (IUFRO, por sus siglas en inglés) ha analizado más de mil publicaciones sobre la relación entre los bosques y el agua en el contexto del cambio climático actual.
“El clima no solo se ha modificado por las emisiones de efecto invernadero, sino que también la vegetación es una parte importante en la configuración del clima”, explicó en una conferencia Meine van Noordwijk, copresidente del panel.
El también especialista del Centro Mundial sobre Agroforestería argumentó que los bosques utilizan el agua para refrescarse a sí mismos y sus alrededores, liberando humedad a la atmósfera que al cabo de unos días vuelve a caer en forma de lluvia a una distancia cercana o lejana, en función de la velocidad del viento. En concreto, la evaporación del agua y la transpiración de las plantas en la superficie terrestre contribuye de media al 63 % de las precipitaciones en la tierra, según el informe, que recuerda que solo un 2,5 % del agua es dulce (un 97 % de todo el agua está en los océanos).
Van Noordwijk subrayó que las lluvias dependen de la vegetación, aunque ese aspecto del ciclo del agua ha sido poco estudiado y faltan políticas que lo aborden, ya que el foco hasta ahora ha estado puesto en el carbono.
Así como importa la gestión de las aguas de los ríos que cruzan fronteras, el experto llamó la atención sobre el agua que asciende y cae de la atmósfera. Cuando se cortan los árboles del bosque, además de liberarse carbono a la atmósfera, sale menos vapor de agua y, en función de dónde ocurra este fenómeno, puede verse afectada la disponibilidad del agua de las comunidades que viven más o menos cerca.
Así ha quedado demostrado con la deforestación en la cuenca del río Congo.