Una moda distinta con sello local
ARTESANÍA, HISTORIA E IDIOSINCRASIA PUEDEN CONVERTIRSE EN SELLO LOCAL.
El diseño y la moda de la región están frente a una oportunidad de oro: colonizar el mercado de los exclusivo. Las herramientas son la idiosincracia, sus artesanos y la forma como se vive en la región que puede representar la diferencia y el sello único que persiguen hoy los consumidores en el mundo.
En la región hay varios ejemplos de quienes prefirieron romper el molde a partir de la inspiración en su propio entorno.
“Mi inspiracion ha sido el Perú. Eso es una gran oportunidad porque te diferencia del resto”, aseguró la diseñadora Meche Correa, embajadora de la marca Perú que muestra los resultados de un proceso de investigación y aplicación del diseño a partir de la herencia campesina e inca de su país.
La clave está en defender el sello latinoamericano en la moda y que se convierta en su punto de partida.
“Somos nuevos diferentes y unidos podemos vender productos hiperexclusivos. Es defender nuestra identidad”, detalló el diseñador Walter Rodrigues, quien creó su propia metodología de innovación y creación en el sector de la moda brasileña y que le ha permitido al país colonizar mercados con calzado y ropa característicos del país.
Colombia, ejemplo a seguir
Para los dos expertos, hoy la moda colombiana esta a la delantera de la región y ha salido a conquistar mercados exigentes gracias a la mirada que hace de su identidad, aunque consideran que es hora de potencializar más la tendencia y hacerla extensiva a otros sectores.
“Somos países artesanos, de categoría, somos capaces de hacer cosas únicas, diferentes y bien hechas. Lo he experimentado de manera grata. Cuando empecé a mostrar mi trabajo fui con miedo, al tener una propuesta completamente distinta. Hace muchos años empecé a hacer flores bordadas, ahora son una tendencia”, citó Correa, quien trabaja con mujeres indígenas y artesanas de diferentes regiones del Perú para hacer bolsos de alta gama.
“No lo hago como lo hacen grandes marcas que son industria. El mundo empieza a cambiar, lo artesanal, hecho a mano, que no es perfecto y que hace que una pieza sea diferente a otra, es el lujo de hoy. La industria tiene que regresar a su memoria y pensar que si queremos conservar el planeta debemos tener el sentido para que artesanos puedan vivir dignamente a través de lo que saben hacer. Eso reduce la agresión al planeta”, expresó la diseñadora. Camino por recorrer
Para ello la responsabilidad de los diseñadores es grande y debe trascender del seguimiento a las tendencias que se fijan en las grandes pasarelas del mundo. Los diseñadores de la región deben actuar como extranjeros en su propia tierra y dejarse sorprender por lo cotidiano. “Si lo haces siempre tendrás algo nuevo para mirar. Tenemos que descubrir cosas nuevas en nuestra cotidianidad. Como los turistas que se encantan con todo lo que ven. Los demás se sorprenden de nuestra capacidad de combinar colores, por ejemplo”, insistió Rodrigues.
Sin embargo, la tarea está en conocer los países desde su alma y con responsabilidad para entenderlos y aprender de sus culturas e historias, pues “es una responsabilidad comunicar las posibilidades que tienen tu propio país”, agregó Correa.
Se trata de una corriente en la que trabajan diseñadores latinoamericanos como parte de un fenómeno de la moda que ya se está posicionando en los consumidores del mundo, pues está claro que el mercado masivo ya fue acaparado por China e India. *Por invitación de Abicalzados