Drama familiar por secuestros
Parientes de la tripulación derribada en días pasados pasan por angustias.
● El ataque del EPL a un helicóptero de valores no solo dejó el robo de 1.700 millones de pesos que se transportaban en la aeronave, sino que también generó angustia en tres familias en Bucaramanga por no saber nada de sus parientes, integrantes de la tripulación a los que un grupo al margen de la ley se llevó como secuestrados tras el atentado del viernes pasado en el Catatumbo, en Norte de Santander.
Carlos Quinceno y Maxwel Joya García son dos escoltas vinculados a la empresa Brinks de esta ciudad, quienes en el momento del asalto garantizaban la seguridad del dinero que se transportaba en el helicóptero Bell 206 de matrícula HK-4327, piloteado por el capitán Julio Díaz, de la empresa Aerocharter Andina.
El plagio de estas tres personas ocurrió cuando el helicóptero en el que viajaban fue derribado al intentar aterrizar en zona rural ubicada en San José del Tarra, en Hacarí.
Paola Tamayo, sobrina de Carlos Quinceno, relató que su tío, de 31 años, trabaja como escolta de valores, empleo por el que debía viajar a varias zonas del país.
Quinceno, quien vive con su esposa y tres hijos, “nunca informaba cuál ruta iba a tomar, pues viajaba con frecuencia por vía terrestre y aérea”, contó la sobrina.
Los familiares de Quinceno esperan que las autoridades entreguen alguna información sobre su paradero y tienen confianza de reencontrarse pronto.
Mientras tanto, desde Bucaramanga, familiares de Maxwel Joya García pidieron a sus captores que le respeten la vida y clamaron por su liberación.
Marta Cecilia García, tía del secuestrado, relató que no conocen en qué estado se encuentran, “nos dicen que están gestionando el rescate, pero nada más”.
Joya García, de 28 años, trabaja como escolta de valores desde hace un año, labor con la que sostiene a su mamá.