Llegó la hora
Los balances sobre seguridad no pueden mostrar cifras más asustadoras. Los que publicó ‘Semana’ hace 8 días deberían tener meditando al par de tercos que nos gobiernan, Duque y Uribe, sobre el capricho de seguir negándose a la realidad. El gobierno anterior, que tanto detestan, les dejó armadas las conversaciones con los ‘Elenos’ en La Habana. Uribe y Duque resolvieron que no pueden hacerse. Pretendieron montarles un cerco diplomático a los delegados del Eln para que Cuba los entregara encadenados y fracasaron, como en tantas otras cosas. Casi lo mismo pasó con los autodenominados ‘gaitanistas’ y llamados por la Policía como ‘Los del Golfo’. Las conversaciones estaban caminando para que se sometieran a la justicia. A Uribe y a Duque se les olvidó esa posibilidad y ahí los tienen, agarrados con los ‘Caparrapos’ y haciendo pactos o batallas con los disidentes de las Farc y con los ‘Elenos’ en distintas regiones (cada vez más numerosas) donde el Estado no ejerce, los uniformados no se ven y el Ministro de Defensa parece más un vendedor de cacharros metafóricos. En Guaviare, en vez del Estado llegaron los ‘exfaruchos’ que quieren seguir cultivando coca y exportando para conseguir tanta plata como sus antiguos jefes.
Uribe y Duque no quieren sentarse a conversar. Las negociaciones que tanto le encantaban a Uribe cuando era el más hábil vendedor de caballos viejos de Colombia, han pasado al olvido. Pero, aunque no lo quieran, no queda más que sentarse a seguir buscando el diálogo para frenar este despelote porque la guerra que quiere Uribe no se libra ni con este Ejército ni con este presidente y mucho menos contra tantos frentecitos armados desparramados por todo el país.