Humildad y arrogancia
Tres acontecimientos en esta semana llamaron mi atención porque tienen un trasfondo en común y una moraleja.
Empecemos por el respaldo de Gustavo Petro, director del partido Colombia Humana, al concejal Hollman Morris a la Alcaldía de Bogotá. Estoy indignada con ese aval pues Morris lleva a la espalda la denuncia de su exesposa por violencia intrafamiliar. Igual están muchas de las militantes de esa colectividad quienes expresaron su rechazo y anunciaron su retiro. Ahí está pintado Petro con su estúpida arrogancia.
Pero no es el único. Que tal el cinismo del presidente Iván Duque al participar en la marcha de protesta contra el asesinato de líderes sociales el pasado viernes. ¡Prudencia, Duque! que mucha gente sabe el rabo de paja tan tremendo que tiene el Centro Democrático por violaciones a los Derechos Humanos. Por ejemplo, Álvaro Uribe, su director, es investigado por masacres paramilitares como El Aro y La Granja y además tiene denuncias que lo vinculan con los ‘falsos positivos’. Y no menciono más porque no tengo espacio.
Mientras tanto, un muchacho sencillo, dulce y disciplinado nos da un respiro ante tanta arrogancia. Egan Bernal, campeonazo inmenso, y perdón por el pleonasmo, ganó por fin para Colombia el Tour de Francia. Bien decía Santa Teresa de Jesús que humildad es andar en verdad, o para el caso, pedalear.