¿Y las normas?
Tal parece que para muchos domiciliarios en motocicleta las normas se hicieron para infringirlas y aprovechando que se redujo el número de carros transitando por la ciudad, varios han hecho acopio de tal grado de imprudencia que ahora manejar es más peligroso que antes.
Lo cuento porque durante mi día de ‘Pico y cédula’ tuve que sortear, directamente, al menos a tres motociclistas que sin reparo alguno conducían en contravía, manejaban por andenes u omitían los pares propios de algunas esquinas.
Eso sin contar que vi domiciliarios que desconocen por completo las señales de tránsito y no hacen caso de los semáforos, los cruces prohibidos, ni mucho menos dan paso al peatón.
Si bien es cierto que en estos momentos las demandas de trabajo aumentaron para ellos considerablemente, también es verdad que la necesidad de entregar a tiempo un pedido no es excusa para saltarse las normas viales.
Su imprudencia pone en riesgo la propia vida de quien conduce y también la de quienes hacemos uso de las vías desde nuestros carros, a pie o en el transporte público.
No puede haber un policía por cada ciudadano, de ahí que todos debemos ser responsables con los otros y con nosotros mismos. La normas y las señales de tránsito se hicieron para cumplirlas y acatarlas y aunque la confianza sea una buena compañía, no es momento de bajar la guardia pensando que por ese lugar no pasan mas vehículos, excepto el propio. Evitemos accidentes y preservemos la vida.