¡Estoy ocupad@!
Es sabido que de las experiencias en la niñez, depende la seguridad que tengamos en la edad adulta, por eso es importante entender que los niños también necesitan ser escuchados y atendidos.
Los niños tienen muchas formas para comunicarse, que no siempre entendemos: un cuento, una cartica, un dibujo, la conversación con un muñeco o con uno de sus amigos imaginarios... Si escuchamos con atención, podremos extraer información que están necesitando expresar.
Sin embargo, y muy lamentablemente, estamos muy ocupados y/o cansados para hacerlo. No escuchar a un niño puede hacerle pensar que no le amamos, no le tenemos en cuenta. Y esto, a largo plazo, puede lesionar su autoestima, y, si se permite que eso continúe así, en su edad adulta tendrá dificultades para relacionarse. Por supuesto que un niño es pequeño como para entender que tenemos cientos de cosas en la cabeza, ocupaciones y preocupaciones, pero eso no significa que sus pensamientos, deseos y sentimientos sean un tema con poca o ninguna importancia. A los niños debemos atenderlos al igual como lo haríamos con una amiga que necesita ser escuchada.
Los niños no tienen preocupaciones, se suele escuchar. Eso es cierto, pero parcialmente. No tienen nuestras mismas preocupaciones de adultos, pero sí tienen miedos, preguntas, dudas, anhelos y percepciones.
La próxima vez que se sienta muy ocupad@ o cansad@ para compartir con su pequeño, piense que él o ella entenderán su negativa, como un síntoma de desamor.