Pervive herencia de cultura mafiosa
En muchas partes del país siguen rindiéndole culto al lujo y el dinero fácil.
● Medellín sigue siendo una ciudad mafiosa. Así lo cuenta Manuel Villa, secretario Privado de la Alcaldía de Medellín, al contar que la herencia del narcotráfico continúa latente. Y esa afirmación podría ser también válida para muchas partes de Colombia.
Enfatiza en que no es Pablo Escobar el problema de los vestigios, que no es la mafia la que permite que todavía se imagine a la urbe como un lugar violento, que es el sistema de ilegalidad arraigado como cultura.
Los valores tradicionales, explica Villa, se desdibujaron debido a la creencia de que se puede conseguir dinero fácil por encima de las normas.
“Hay una translocación de principios y ese es el gran problema. Lo que vivimos en los 70, 80 y 90 se convirtió en una revolución anticultural, una revolución mafiosa y lo que hizo fue tergiversar los valores y los referentes de legalidad para cambiarlos”.
Por otra parte, el director de Epic Tours y Mauricio Builes, investigador y docente de la Universidad Eafit, coinciden en que una de las estrategias para terminar con la imagen positiva del narcotraficante en el exterior es que desde la Administración Municipal se construyan pro-
yectos para trabajar en conjunto con los encargados de guiar a los visitantes de la ciudad.
Fuera de su proceso investigativo sobre el narcotráfico, Builes lidera un proyecto de narcotours digitales con un grupo de estudiantes de la Universidad Eafit. Los escenarios son los mismos de los recorridos tradicionales, pero relatados desde la visión de los afectados.
El investigador explica que el proceso surge a partir de su experiencia en la producción de un documental para la televisión rusa sobre ‘Popeye’.
“Eso me dejó muy afectado, entonces les propuse a los estudiantes hacer el mismo recorrido, pero con un relato distinto”, dice.
El docente manifiesta que la figura de Escobar es llamativa desde el punto de vista narrativo porque es el típico ‘héroe’ que lucha solo contra el Estado, lo pone tras las cuerdas y les ayuda a los pobres. Al menos, esa es la versión que se ha vendido desde la ficción y que los espectadores consumen como algo veraz.
A diferencia de Epic Tours, el proyecto de Mauricio Builes llega a los lugares que no están en los recorridos típicos de Pablo Escobar. Es así como Bogotá, una de las ciudades más afectadas en la época del narcoterrorismo, es incluida y narrada por aquellos que continúan cargando el peso de la violencia.
Builes explica que su iniciativa le ha permitido tener dos importantes revelaciones frente al tema: La primera es que la gente poco habla al respecto y que las víctimas han permanecido en silencio a pesar de las décadas. La segunda, pero no menos importante, es que Medellín “está encartada con la memoria de Pablo” y que la ciudadanía apenas se está dando cuenta de que es un asunto que debe ser abordado con urgencia para que sus secuelas no sobrepasen el desarrollo de la sociedad.