Sin querer
Lo del alcalde Rodolfo Hernández, es lo que llaman en psicología “profecía autocumplida”, es decir una creencia falsa que hace de motor para que ‘el profeta’ actué de tal manera que al final se realiza y termina por creer que esa idea, falsa en principio, le da la razón.
“Ganaron un round pero tienen la pelea perdida”, convencido de que es un perseguido político, escribió en su Twitter al enterarse de la suspensión provisional que le impuso la Procuraduría.
Pero lo sucedido es la consecuencia de actuar creyendo que el fin justifica los medios; base de los grandes males que afectan a nuestro país.
En defensa de la bandera que izó en tres años de gobierno: la lucha contra la corrupción, insultó, pisoteó y maltrató a quien se ha atrevido a contrariarlo, aunque lo haya hecho a veces, como dice él, porque es humano y se equivoca.
La suspensión debe tener bailando ciertos sectores de la clase política que en los clubes de Bucaramanga o en las elegantes casas de los empresarios y las mafias del poder electoral, todavía estarán brindando y borrachos con la idea de volver al viejo modelo que los bumangueses derrotaron al elegir un Alcalde sin partido.
La gran perdedora de esta historia es la ciudadanía que todavía espera las grandes transformaciones que eligió el 25 de octubre del 2015.
@HelianaConache