Colón tuvo la culpa
La petición del presidente de México al rey de España y al Papa para que presenten públicas disculpas por la conquista arrasadora de México está sobrada de razones. La historia oficial no ha querido visualizarlo así porque la escribieron los ibéricos ganadores, no los aztecas perdedores. Pero hay una oleada revisionista sobre la manera miserable como los españoles acabaron con la civilización azteca y con la inca y cómo asesinos de la calaña de Belálcazár arrasaron con los sembrados y poblados de los indígenas desde Pasto hasta Antioquia, mataron y obligaron a huir a los machos y les hicieron el amor a sus indias para preñarlas y sembrar la semilla de la cual descendemos (así no lo reconozca el director del Archivo Histórico, el señor Serrano). Como tal, la culpa se la están echando a Cristóbal Colón por descubrir América y a los españoles por desmoronar los imperios azteca, maya e inca y aniquilar con la cruz de la iglesia y la espada de los conquistadores, unas civilizaciones que hoy nos enorgullecerían.
No sé qué tantas bolas le paren el Rey de España y el papa Francisco al reclamo de López Obrador, pero lo que sí sabemos es que no está diciendo mentiras. Los españoles nos trajeron la civilización de occidente de la mano de la inquisición pero acabaron con la cultura americana. Los españoles y la iglesia nos forjaron el país que hoy tenemos, dándoles trato miserable a los indígenas y a los esclavos negros africanos y nos dejaron la lengua, el papeleo, los blasones y las picardías. Reclamarles ahora por el daño que nos hicieron es invertir la pirámide de la historia, es poner patas arriba la manera como nos contaron y quisieron que enorgulleciéramos la herencia española y minimizáramos la americana.