Boca-River, por la final de Libertadores
Primer juego fue para riverplatenses, pero boquenses irán a remontar el 2-0.
- El superclásico argentino Boca-River volverá a jugarse el en semifinales de la Copa Libertadores, con los ‘xeneizes’ forzados en su cancha a remontar el 2-0 que asestaron los ‘millonarios’ en la ida. Más de 50.000 fanáticos boquenses convertirán al legendario estadio la Bombonera en una olla ardiente de pasión futbolera.
Atesoran la esperanza de una hazaña épica frente a una escuadra que a veces parece invencible
. Los hombres de la azul y oro precisan lanzar un tsunami ofensivo para ganar al menos 2-0, que llevaría a la definición con los infartantes penales.
Pero tampoco podrán descuidar su arco porque un gol de los vigentes campeones de la Libertadores se computa doble en caso de igualdad. Quien se clasifique disputará el 23 de noviembre un único encuentro final en Santiago de Chile frente al vencedor de la llave brasileña Flamengo-Inter, que empataron 1-1 el primer choque en Porto Alegre y jugarán la revancha mañana en el Maracaná. El estadio Nacional chileno ha sido confirmado por la Conmebol pese al violento conflicto social que vive el país.
River asusta
Es vox populi hasta en hinchas de otros clubes que los riverplatenses tienen el mejor equipo argentino de los últimos años. Y también el mejor DT, Marcelo ‘Muñeco’ Gallardo, a quien llaman 'Napoleón', un estratega temible. Lo demostró River con creces al vencer a Boca 3-1 en el llamado ‘partido del siglo’, la inédita final de la Libertadores-2018 que se jugó en el estadio Santiago Bernabéu de Madrid, por primera vez fuera de Sudamérica. Gallardo ganó siete títulos internacionales desde que asumió en 2014, incluidas dos Libertadores.
Pero Boca quemará esta noche, desde las 7:30 p. m., las naves, alentado por una multitud que cuando grita y salta en las graderías hace temblar el piso de la cancha. Lo que no manejan los hinchas es la pelota. Y en ese plano, River es una cosa seria. “Del otro lado (del rival) asusta como juega River”, declaró Leo Ponzio, su capitán, quien vuelve al banco tras una lesión.
Gallardo, como siempre, esconde las cartas. Se sospecha que un arma letal en ataque que puede esgrimir es el ingreso del delantero Ignacio Scocco. Quien tendrá un lugar seguro es el volante uruguayo Nicolás de la Cruz, una de las figuras en el triunfo del partido de ida.