No sirven
Con todo el respeto que merecen los defensores de la institucionalidad, me permito decirles que las elecciones del domingo no sirven para lo que funcionan los debates democráticos. La búsqueda de la comodidad castró toda posibilidad de crear las discusiones sobre la manera como se han orientado o deben dirigirse los municipios y departamentos.
Miremos casos. Barranquila, por ejemplo. Nadie se atrevió durante esta campaña a cuestionar a los miembros de la junta de la Triple A, que fueron descubiertos por la justicia española haciendo maturrangas. Y ninguno de los aspirantes puso sobre la mesa la escanografía de las empresas electorales del Atlántico, que permitió conocer al detalle la senadora Merlano. Y ni qué decir del silencio que sobre los responsables que acolitaron a los españoles el desmadre de Electricaribe. Y si miramos a Medellín, nos quedamos esperando que el debate sobre la omnipotencia de EPM que plantearon las concejales Aguinaga y Múnera fuera tema de discusión de los candidatos. Todos hablaron del tema por los laditos con frases melifluas que a nadie incitaron a debatir y decidir en las urnas. Y del asuntico del pacto bajo la mesa con los combos y de la extorsión aceptadas en las comunas, silencio.
Y Cali: ningún candidato tocó el tema de la quiebra decretada del servicio de trasporte masivo (MIO) ni se atrevió a presentar soluciones para el despiporre de Empresas Municipales y la crisis inminente del acueducto. Todos, en toda parte, quieren que los problemas y las opciones para salir de ellos no se sometan a votación el domingo. Es decir, las elecciones del 27 de octubre van a servir para lo que nos han servido las tetillas a los hombres. gardeazabal@eljodario.co