El miedo de los jóvenes
Ser joven se convirtió en una tarea titánica en Colombia. Estudiar y conseguir un empleo en este momento es un autentico privilegio que muy pocas personas pueden tener.
Asusta ser joven en un país que vuelve a retomar el discurso de la guerra, asusta ser joven cuando se plantea tener un salario mínimo diferencial, por debajo del oficial.
En este último punto me gustaría detenerme a pensar en cómo una persona recién graduada podrá pagar el crédito de su carrera recibiendo el 75 por ciento del salario mínimo. Sin embargo, el argumento utilizado por la Asociación Nacional de Instituciones Financieras (Anif) para defender esta propuesta fue que “se estaría recibiendo un beneficio al adquirir experiencia laboral”.
No obstante, la
Constitución en su artículo 53 establece que todos los trabajadores tendrán derecho a un ingreso mínimo vital sin menoscabar la dignidad humana. Es así como encontramos que la iniciativa liderada desde el gremio financiero no estaría acorde a la realidad, además de ser inconstitucional.
¿Quién sería capaz de considerar digno un pago por debajo del mínimo? Más allá de convertirse en una respuesta de ética y valores personales, sería pensar en la
difícil situación que se enfrenta cuando apenas se inicia en el mundo profesional.
Por ahora, a los jóvenes nos asusta vivir en un país que no parece tener definido su rumbo, en medio de un continente que está levantando su voz.