DEFENDIÓ A SU ESPOSO
Este juicio comenzó el 21 de mayo pasado, tres días después de que Cristina Fernández anunció su candidatura. Fernández defendió su gestión y la de su difunto marido, el expresidente Néstor Kirchner (2003-2007). Ambos están acusados, y otros imputados, de una asociación ilícita y de fraude en concesión de obras, por contratos a un amigo de Kirchner: el constructor Lázaro Báez, ya detenido desde 2016.
fue gobernador de 1991 a 2003- para el manejo, presuntamente, fraudulento de fondos en favor de las empresas que resultaron adjudicatarias de casi la totalidad de las obras viales licitadas en esa provincia durante los 12 años en que se extendieron los Gobiernos nacionales kirchneristas.
El expediente se relaciona, además, con otros dos en los que se investiga si se usaron dos sociedades inmobiliarias de los Kirchner para recibir, mediante arrendamientos de propiedades, transferencias millonarias de parte de empresarios como Báez, que a su vez habrían recibido adjudicaciones con sobreprecios.
La líder kirchnerista refutó las acusaciones y reiteró que en múltiples audiencias y escritos ha pedido que se audite toda la obra publica del país, algo que se le denegó “sistemáticamente”.
La causa por la cual acudió a los tribunal tiene como origen una denuncia en 2008 de la entonces diputada