Cultura política
En medio de la polarización en la que vivimos vale la pena hacer el intento de tomar distancia y comprender lo que ha venido pasando en las calles durante las últimas semanas. Más allá de lo que irresponsablemente puedan difundir algunos medios, pienso por ejemplo en varias emisoras caleñas del FM tan llenas de ligerezas, de prejuicios, de opiniones personales que se divulgan como noticia o análisis, hay que asumir que definitivamente algo nos pasó y está pasando como sociedad. Por supuesto lo que se expresa en las manifestaciones es un gran inconformismo respecto a la manera en que se ha gobernado y se está gobernando el país: tenemos una tasa de desempleo del 10%, esto es, más de dos millones y medio de colombianos sin trabajo, y eso que la cifra no contempla la informalidad; además, según la OCDE, Colombia presenta los índices más altos de desigualdad entre los países miembros de la Organización, lo que se traduce en un desigual acceso a la salud, educación y pensiones, y en un sistema tributario que contribuye a que se amplíe la brecha social. Éstas y otras son las razones que movilizan a la población a salir a las calles a lo largo y ancho del país. Parece ser que, poco a poco, va madurando una nueva ciudadanía. Una que entiende y asume que en las democracias somos sujetos de derechos y que el Estado debe ser garante de los mismos. Pase lo que pase, celebro este nacimiento. Ya somos otros.