VIH: momento de derrotar los mitos de la enfermedad
VIH Y SIDA NO SON LO MISMO, UNO ES EL VIRUS Y EL OTRO LA INFECCIÓN AVANZADA.
Aunque el VIH-Sida no parece tener la categoría de amenaza social que tuvo hace unas décadas, hoy esta enfermedad continúa siendo una problemática de salud pública. De hecho, en Colombia existe un importante nivel de contagio y de baja indetectabilidad que pone en riesgo la vida de miles de colombianos.
Los avances científicos y los esfuerzos de actores públicos y privados han servido para que los pacientes tengan un mayor control de la enfermedad y sobrevida, pero han sido insuficientes para lograr metas importantes que van desde la calidad de vida del paciente, hasta la contención y erradicación de la enfermedad, tal y como lo propone la meta 90-90-90 de la OMS.
La lucha en el país
En la lucha contra el VIH-Sida, organismos multilaterales como la OMS han construido estrategias orientadas hacia el cumplimiento de metas de mitigación y eliminación del virus, que buscan que para el 2030 se haya erradicado la epidemia, teniendo como eje de acción la promoción de la responsabilidad y el autocuidado.
Colombia no es ajena a la adopción y ejecución de estas iniciativas, puesto que ha adquirido compromisos internacionales y locales que apuntan a un mejor desempeño en materia de mayor control, prevención y calidad de vida de los pacientes.
Las últimas cifras de VIH en Colombia arrojadas por la Cuenta de Alto Costo para el 2016, indican que 73.465 personas fueron diagnosticadas con la enfermedad, siendo Bogotá la ciudad con el mayor número de casos registrados, seguida de Antioquia, Valle del Cauca, Atlántico, Cundinamarca, Meta y Tolima. Más de 65 mil infectados reciben tratamiento actualmente. Andrés* quien desde hace nueve años contrajo el virus, es uno de ellos.
Casos cotidianos
La bacteria que causa la sífilis fue la razón por la que el médico de Andrés pensó que también podía estar contagiado de VIH y sus sospechas resultaron ciertas. “Al enterarme de la noticia sentí desanimo, tristeza y no quería seguir viviendo, el doctor me dijo que tomara las cosas con calma, que no era nada del otro mundo, que era una enfermedad para siempre pero controlable con medicamentos, sin embargo me dio tiempo de vida” agrega.
Con 49 años de edad y casi una década después de haber sido diagnosticado VIH positivo, Andrés vive en la casa de sus padres con dos de sus hermanos y una sobrina, quienes lo saben y aprendieron a manejar la enfermedad.
Según la infectóloga Marisol Suárez “el riesgo más alto de convivir con una persona con el virus son las relaciones sexuales sin protección, para el resto de la familia no existe ningún riesgo a menos que entre en contacto una herida de la persona sana con fluido (sangre o semen) del infectado por el virus, pero el VIH no se trasmite a través de besos, ni abrazos, ni por compartir con la familia, amigos o compañeros de trabajo”.
Una enfermedad silenciosa
La doctora Suárez indica que “el VIH se puede transmitir a través de relaciones sexuales tanto homosexuales como heterosexuales, también se puede transmitir de madre a hijo a través del canal de parto o de la lactancia materna, a través del contacto con fluido (sangre, semen) en heridas o piel no intacta”.
La enfermedad aguda por VIH puede ser silenciosa pero el 40 % de quienes la adquieren, “pueden tener ganglios linfáticos inflamados en áreas del cuello, axila etc, dolor de cabeza, brotes en la piel, fiebre alta y alteraciones en el cuadro hemático entre otras. El paciente que fue infectado meses o años atrás podría además, sufrir de pérdida de peso, diarrea inexplicable, fiebres y adquirir infecciones serias”, señala el infectólogo Juan Manuel Gómez de la Fundación Santa Fe de Bogotá.